Los habitantes de la parroquia rural La Cría, perteneciente al cantón azuayo Santa Isabel, viven en un constante nerviosismo porque el terreno donde se ubican sus casas es inestable.

Desde este jueves 30 de marzo empezaron a evacuar porque escucharon “ruidos” provenientes del interior de la tierra. El suelo de una cancha de uso múltiple, de una iglesia y parte de una montaña cercana se abrieron debido a un movimiento de tierra y los moradores temen que con el paso de las horas pase algo similar al deslave en Alausí.

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En este poblado ubicado en el sur de Cuenca viven alrededor de 70 familias, unas 300 personas que empezaron a salir de sus viviendas desde el jueves en la tarde, explicó el periodista de radio Atenas Guillermo Guanga.

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La razón es que la gente empezó a escuchar ruidos extraños que en un inicio pensaron que se trataba de alguna detonación con dinamita en Santa Isabel, pero al constatar que no era eso decidieron evacuar.

Cogieron sus pertenencias y se fueron a los terrenos del Sindicato de Choferes Profesionales del Azuay, pero regresaron en las primeras horas de la mañana para cumplir sus actividades diarias, porque gran parte de su economía depende del comercio.

Al caer la noche, contó el comunicador, volvieron a salir y por eso piden la ayuda de las autoridades locales y nacionales con carpas o albergues ante cualquier situación de desastre que pueda presentarse.

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Los problemas de deslizamientos en La Cría datan de hace aproximadamente 20 años, pero se agravaron desde octubre pasado, lo que se evidenció con las cuarteaduras en los lugares donde la concentración de personas es mayor, como en la iglesia o la cancha.

En la comunidad La Cría, del cantón azuayo Santa Isabel, el suelo empezó a cuartearse en algunos sectores. Cortesía Guillermo Guanga. Foto: El Universo

Sitios de riesgo en Azuay

Ante la coyuntura del deslave de tierra ocurrido en Alausí, que dejó decenas de damnificados y personas fallecidas, la mirada de las autoridades locales se reactiva sobre las zonas de riesgo que existen en la provincia del Azuay.

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Hay lugares en donde ya ha habido pérdidas y el planteamiento es que esto no se repita.

Milton Benítez, coordinador zonal 6 de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), refirió que hay lugares claramente identificados en la provincia en donde el problema de estabilidad del terreno se debe básicamente a la filtración de agua de manera natural o por deficiencias en el sistema de riego.

Uno de ellos es el barrio Rosas, localizado al ingreso del cantón azuayo Nabón, en donde por efecto de las lluvias se declaró una emergencia que dejó a 150 familias damnificadas, quienes se asentaban en un terreno de 130,94 hectáreas.

En este sitio el alcalde Patricio Maldonado consiguió, con el aval del Gobierno nacional, un crédito para reubicar a los damnificados, pero según Benítez, hay otros que se resisten a dejar sus viviendas. Aquí, afirmó el funcionario, el problema es de infiltración de agua.

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Otro de los lugares de alto riesgo es el sector La Cría, en el cantón Santa Isabel, sobre este lugar el titular de la SNGR detalló que hay cerca de 30 familias en riesgo.

En esta zona, la principal actividad económica de la gente es el cultivo de cebolla y para aquello requieren un sistema de riesgo, el que, a decir de Benítez, es deficiente y mal manejado.

También refirió la falla del cantón Girón que afecta principalmente a la movilidad, pues al ser una afectación muy cercana a la vía estatal que conecta a la provincia del Azuay no hay viviendas cerca.

Sin embargo, agregó, aquí se está trabajando a través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas para estabilizar algunos puntos críticos a través de un decreto de emergencia.

En tanto que dentro del cantón Cuenca hay dos lugares donde los problemas son constantes. Uno es Marianza, perteneciente a la parroquia rural Sayausí, donde a causa de un deslave de tierra ocurrido en marzo del 2022 hubo cuatro muertos y decenas de damnificados.

Aunque el tema fue estabilizado por el MTOP, Benítez refirió que aún sigue siendo un problema por varias razones: por un lado, la presencia constante de lluvias; lo segundo, la eliminación de barreras naturales como árboles o rocas; y, lo tercero, por la ampliación de la frontera agrícola que desgasta el suelo.

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Un último sitio que mencionó fue el barrio Jaime Roldós, ubicado en la parroquia Miraflores, en el norte de Cuenca, en donde se mantiene activa una falla geológica y por la inestabilidad del terreno unas quince casas han colapsado y otras diez han sido demolidas como forma de prevención.

En junio de 2019 el alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, declaró en emergencia a este sector para la ejecución de obras emergentes. En septiembre de ese mismo año la medida se extendió por 365 días. (I)