Cerca del mediodía del domingo pasado, Luzmila abordaba un carro desde la ciudad de Alausí con dirección a la parroquia Sevilla cuando una mujer llegó apurada a contarle que “un poco de tierra se había derrumbado del cerro Casual y que había tapado un pedazo de una pequeña vía que aún quedaba abierta al paso, porque la grande ya estaba partida”. “Ya en la noche, a eso de las nueve, fue el deslave. Ay, Diosito, está de llorar, tenía paisanos, medio parientes que han logrado salir, amigos que han muerto, otros están desaparecidos y otros conocidos que están sepultados, aún no avanzan a sacar a todos”, relata con tristeza Luzmila, de 66 años, al lamentar la tragedia que vive su cantón tras el derrumbe del cerro Casual la noche del 26 de marzo, una desgracia que hasta el momento deja 17 fallecidos, 37 heridos, 72 desaparecidos y 656 damnificados.

“Ya desde el mes de diciembre mismo venían llamando la atención, que ya venían los técnicos, que ya están haciendo los estudios, han sabido hacer radiografías, todo eso dijeron que han hecho, pero nunca declararon zona roja, solo dijeron en febrero que declaran la alerta amarilla, no dijeron nada, no han hecho nada, y el rato menos pensado se fue el cerro y se enterraron tantas familias, son más de 70 casas”, critica Luzmila, indignada con las autoridades encargadas de las obras en su provincia (Chimborazo), el prefecto Juan Pablo Cruz y el alcalde de Alausí, Rodrigo Rea.

“Ya es hora, señor presidente, de hablar con palabras serias, porque cada vez nos tienen sobre engaño, se burlan del cantón Alausí, ni la Prefectura ni la Alcaldía han hecho nada por los alauseños”, reclama la mujer al recordar cómo, desde hace 20 años, se fueron poblando las comunidades de Nuevo Alausí, La Esperanza, Control Norte, Pircapamba y Bua, ahí donde decenas de viviendas quedaron sepultadas en una zona de 247 hectáreas, según la Secretaría de Gestión de Riesgos.

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Municipio de Alausí no cuenta con un plan de gestión de riesgos; el año pasado se creo partida pero sin presupuesto

Hace veinte años, más o menos, ella misma estuvo a punto de comprar un terreno en el barrio Nuevo Alausí. “Yo estaba queriendo endeudarme para comprar un lote de unos 200 metros, pero Fidel Hernández me pedía 3.000 dólares, yo solo tenía 2.000. No avancé a comprar, pero tampoco ha sido conveniente, porque no ha dado escrituras, sino solo un papelito. Además, se supone que cuando se asienta un caserío tienen que hacer alcantarillado, pero todos han tenido pozos sépticos, de paso ha habido unas vertientes que no han dado mantenimiento, todo eso ha estado filtrándose; con el invierno, las lluvias, toda el agua se metía en las grietas”, cuestiona Luzmila al recordar la ilusión con que algunos amigos sí lograron comprar lotes y fueron formando sus viviendas. “Había unas lindas casas, de tres y cuatro pisos, como edificios había ahí ya”, cuenta Luzmila.

Las edificaciones se levantaron “sin que se cumplan las ordenanzas municipales, sin autorización municipal, sin planos”, según el asambleísta alauseño Fernando Villavicencio, Con él coincide José Luis Chuquimarca, jefe de la Unidad de Gestión de Riesgo del cabildo, quien añade que hay casas sin catastrar y sin escrituras.

El experto geotécnico Miguel Chávez Moncayo y docente de la Espol explica que las viviendas que se construyen en las laderas deben ser livianas: “No pueden ser construcciones de hormigón armado, que son pesadísimas (...). No todo tipo de vivienda se puede hacer en las laderas sin haber realizado trabajos de estabilización para evitar que se produzcan deslizamientos”, explica Chávez.

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Los deslaves no son fenómenos esporádicos en Alausí, cantón formado por once parroquias que cubren una extensión de 128.862 hectáreas. Son recurrentes, debido a que el 45 % de su superficie tiene susceptibilidad “alta y muy alta” a los también llamados “movimientos en masa”, situación que conocían las autoridades locales y centrales hace catorce años.

En 2009, el Ministerio de Agricultura publicó esta información, que ha sido recogida por el Municipio de Alausí en las actualizaciones del plan de desarrollo y ordenamiento territorial en 2014 y en 2020. “Si había estudios y alertas hace diez años, el Municipio debía organizar y planificar el crecimiento del cantón e impedir la construcción de nuevas edificaciones en esa zona, y las que ya existían planificar su salida”, cuestionó Villavicencio.

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Entre el 2010 y el 2021 ocurrieron 159 “eventos adversos” en Alausí, según el registro de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR). El 34 % de ellos fueron causados por la actividad volcánica; el 29 %, por movimientos en masa –deslizamientos (27 %), hundimientos (1 %) y socavamientos (1 %); el 14 % fueron incendios forestales; el 7 %, aluviones; y el restante 16 %, vendavales, colapsos, inundación, etc.

En ese lapso, en las proximidades de la zona afectada, se han registrado al menos 15 deslizamientos al suroeste y cinco deslizamientos al noroeste. A esto se suma, al menos, una docena de deslaves producidos el año pasado en todo el cantón, la mayoría en invierno.

Hace casi cuatro meses, en diciembre, las grietas en la carretera E35, en el sector Casual, encendieron las alarmas. La comunidad cerró la vía en dos ocasiones, como medida de presión para que las autoridades intervengan.

El 85 % de casas habían sido evacuadas cuando el cerro Casual se vino abajo, según alcalde de Alausí

La afectación fue causada debido a que esa zona es “coluvial (depósitos poco consolidados y muy permeables), que se formó por deslizamiento hace millones de años, era material de arrastre, material malo, de relleno, y sobre eso ha habido actividades antrópicas (del hombre), se han tapado ojos de agua, han hecho deforestación, obras civiles y vías sin estudios técnicos (E35), carretera que se hizo de emergencia hace unos 40 años, como alterna, ante el cierre de la vía principal”, explica Chuquimarca.

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Las pequeñas aberturas en la calzada empezaron a extenderse más y a ser más profundas. El “movimiento en masa” estaba “activo”, según el informe de la SNGR del 9 de marzo. A esa fecha ya se reportaban 24 grietas –de 5 hasta 31 cm y de hasta 3,1 metros de profundidad, según el monitoreo diario que hacía el cabildo de Alausí.

Ante este hecho, la SNGR generó una alerta amarilla en las comunidades Aypug y Casual, en un polígono identificado por la SNGR, de 247 hectáreas, en la parte alta. “Cuando la alerta es amarilla no se tiene que evacuar, cuando se cambia a naranja es una evacuación voluntaria, cuando es roja es evacuación obligada, forzada”, explica Chuquimarca.

Hugo Fernández, director administrativo del cabildo, asegura que luego de recibir el informe de la SNGR declararon –el 15 de marzo– la emergencia en el cantón para ejecutar obras, como estudios para realizar obras de alcantarillado y otras consultorías, que no alcanzaron a ser publicadas ni contratadas. “Jamás íbamos a pensar que eso iba a pasar tan pronto”, lamenta.

La familia Ruiz Morocho trataba de huir en su camioneta cuando el cerro de Alausí les cayó encima

A las catorce familias que vivían en la parte alta, que en principio se preveía que serían afectadas, se les notificó que debían desalojar, el 20 de marzo, y fueron evacuadas. Todas esas familias se salvaron, asegura Chuquimarca. Lo que no se esperaba es que ocurriera el escenario “caótico”, como finalmente sucedió, por lo que –reconoce– no se comunicó la necesidad de abandonar los asentamientos de la parte baja del cerro, como Nueva Alausí y Bua, porque “no había ningún tipo de presencia de afectaciones”.

Aunque el último fin de semana, hasta horas antes del deslizamiento, unas pocas familias evacuaron voluntariamente con apoyo de las Fuerzas Armadas. “El Gobierno no actuó bien y tampoco las autoridades locales. Lo que tenían que haber hecho es resolver el problema de las viviendas antes o de forma simultánea a la decisión de la evacuación”, criticó el asambleísta Villavicencio.

Chuquimarca recalca que, a pesar del aumento de las grietas, el deslizamiento no se podía predecir, debido a que “el estudio geofísico decía que a 10 metros estaba el plano falla, el corte del deslizamiento, pero no era así, ahí había un talud de más de 20 metros”.

En la zona afectada, según Chuquimarca, el movimiento en masa aún estaría activo y se desconoce el tiempo que el área deberá permanecer deshabitada. Con 20 hitos topográficos, de concreto, continuarán -añade- con las mediciones para analizar el comportamiento del movimiento. (I)

Geotécnicos de la Espol evaluarán zona; asambleísta investigará responsabilidades

Un equipo de cinco ingenieros civiles y geólogos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) inspeccionarán mañana, viernes 31 de marzo, la zona del deslizamiento en el cerro Casual, en Alausí (Chimborazo).

“Vamos a hacer trabajos que nos permitan dar un pronunciamiento técnico para proponer reponer la vía –hay un tramo grande que se ha ido en la parte alta y baja–, para resolver el problema social grave, que es la conexión vial”, indicó Miguel Ángel Chávez Moncayo, doctor en Ingeniería Civil e ingeniero geólogo, con una maestría en Geotécnica y catedrático de la Espol. Chávez agregó: “Vamos a buscar estabilizar ese material suelto del deslizamiento. ¿Cómo resolverlo? Al hacer reconexiones de las vía, hay que hacer soluciones especiales, no cualquier solución; no es un relleno y ya. Eso sería un grave error. Hay que hacer otras soluciones que permitan hacer reconexión de la vía”, explicó.

El equipo de técnicos también analizará la zona de posible reubicación de viviendas afectadas. Por su parte, el asambleísta Fernando Villavicencio, quien visitó el lunes Alausí, afirmó que “los informes establecen que, ya desde hace tres meses, el COE provincial, como la SNGR, solicitaron al COE cantonal y al alcalde de Alausí para que se declare en emergencia y se inicie un proceso de evacuación de las zonas”. Villavicencio aseguró que dirigirá una investigación del deslizamiento en Alausí.

“He asumido la investigación de esta tragedia, de las causas que originaron esta tragedia. Tampoco esto excluye las responsabilidades de la Administración cantonal de haber autorizado la construcción de viviendas sin estudios, sin planos aprobados”, dijo. (I)