El riesgo país se ha mantenido, en el primer mes de gobierno, debajo de los 800 puntos, aunque con leves variaciones. De acuerdo con expertos, es probable que este índice -que mide la perspectiva de los mercados internacionales sobre el cumplimiento de las obligaciones del país (mientras más bajo, más confianza)- vaya mejorando.

La victoria del presidente Guillermo Lasso, con una postura más ortodoxa y actualmente con un alto apoyo de la ciudadanía, condiciones económicas de recuperación a nivel mundial e incluso problemas políticos y sociales en países vecinos, le dan al país un mejor panorama.

Antes de la segunda vuelta (el 9 de abril) el riesgo país se colocaba en 1.169 puntos. Apenas se supo el resultado, en abril, el índice bajó a 824 puntos, mientras el 14 de mayo, con la elección de autoridades y los acuerdos legislativos llegó a 735 puntos. Para el 25 de mayo, un día después de que el presidente Lasso asumiera el poder se ubicó en 716 puntos. Ayer, un mes después está en 756 puntos.

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Para Alejandro Arreaza, consultor de Barclays, banca de inversión, la posibilidad de que el riesgo país baje aún más, y que las calificadoras de riesgo cambien sus actuales calificaciones del país equivalentes a B-, dependerá en los próximos meses de que haya anuncios importantes como, por ejemplo, el acuerdo con el FMI y los consiguientes desembolsos, así como el que se concreten ciertas reformas.

El ministro de Economía y Finanzas, Simón Cueva, ha informado que se podría esperar el primer desembolso del FMI en este año, en septiembre próximo.

De esta manera, Barclays aconseja desde ya a sus inversionistas comprar bonos ecuatorianos, pues se espera que sigan mejorando su desempeño y que el riesgo país siga bajando.

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Barclays considera que la compleja situación social y política creada por la pandemia de COVID-19 vuelve compleja la consolidación fiscal en todos los países; sin embargo, en el caso de Ecuador, mira condiciones políticas favorables, considerando una coalición legislativa, que puede manejarse con acuerdos en temas sensibles.

Además, considera que hay factores económicos que llevarían a reducir a más de la mitad el déficit este año. Entre ellos, el repunte de los precios del petróleo, que generaría entre 1,5 % y 2,0 % del PIB de ingresos fiscales adicionales este año. Esto se vería amplificado si se mantiene la eliminación paulatina de los subsidios a los combustibles, aunque algunos de los ahorros podrían utilizarse para transferencias focalizadas a la población vulnerable.

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Adicionalmente al impacto del petróleo, ha habido un aumento en la producción minera en los últimos dos años, dice el informe. En el lado negativo, las demoras en el desembolso de recursos multilaterales limitan la capacidad del Gobierno para brindar estímulo a la economía. Barclays considera que el crecimiento de Ecuador sería más rápido: “nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 pasa de 4,1 % al 5%”, sostiene.

Considera además que el cambio en las expectativas del sector empresarial tras la elección de un gobierno -favorable a las empresas- podría ayudar a atraer inversiones.

Barclays sostiene que, en medio de la desafiante situación política en América Latina, Ecuador se ha convertido en un punto brillante y podría ser una opción de diversificación para los inversores. Considerando el riesgo de impuestos más altos, cambios en los contratos e incluso la nacionalización en países vecinos productores de commodities como Chile y Perú, el mercado ecuatoriano podría ser una opción interesante para algunos productores de commodities.

En cuanto a la gobernabilidad estructural del país, Barclays opina que si las autoridades aprovechan este momento de alta popularidad podrían sentar las bases para una mejora estructural de los fundamentos económicos.

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Entre tanto, de acuerdo con el Colegio de Economistas de Pichincha, en el país se percibe un ambiente de optimismo; aunque advierte que varios sectores parecen no tener una noción clara de la dimensión de la crisis. En su análisis, la entidad gremial indica que la necesidad de financiamiento público en 2021 será de al menos $ 8.700 millones. Se indica que “profundizar y renegociar el Acuerdo con el FMI” será insuficiente para la reactivación. La inversión en vías, fábricas, laboratorios, etc., es el único camino y, aparentemente, se trabaja en esa dirección, competencia del sector privado.

El Colegio advierte que el plan de vacunación constituye un ambicioso programa que influirá en la reactivación; pero a inicios de julio, la población potencial de contagio con COVID-19 será de alrededor de once millones, es decir, el 63 % del total. Sin embargo, puede suceder que gobiernos municipales y la autoridad nacional responsable, argumentando la reactivación del sistema productivo, relajen las medidas de contención. De manera que, lamentablemente, la presencia de una nueva ola no podría descartarse.

En todo caso, hay una buena noticia: luego de catorce meses, en abril del 2021, la tasa anual de la producción final registra signo positivo, 3,2 %, dijo el Colegio. (I)