Ecuador se encuentra en el top 4 de los países de la región con peor riesgo país. Ese riesgo país, que mide la percepción del mercado sobre si un país cumplirá con sus obligaciones externas de deuda, es clave para el acceso del crédito y para la atracción de inversiones. Mientras más alto, es peor, porque se entiende que hay mayor riesgo de incumplimiento.

Esta semana, tras las elecciones que le fueron desfavorables al Gobierno, el Ecuador se ubicó en cuarto puesto el 6 de febrero al subir a 1.415 puntos; mientras solo países como Venezuela, Argentina y El Salvador tenían peores resultados. Sin embargo, a día seguido, el 7 de febrero, Ecuador trepó al tercer puesto del riesgo país, solo después de Venezuela (38.121 puntos) y Argentina (1.912 puntos), tras disparase el indicador ecuatoriano a 1.514 puntos. En el ranking le seguía muy de cerca El Salvador con 1.418.

Este 8 de febrero, en cambio, hubo una leve baja del indicador en Ecuador, aunque en el ranking siguió tercero: Venezuela con 38.353 puntos, Argentina con 1.919 puntos, Ecuador con 1.499 y El Salvador con 1.418. Y el jueves 9 de febrero, el indicador de riesgo país para Ecuador se ubicó en 1.500 puntos, sin perder su puesto en el podio.

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Estas realidades distan, en cambio, del riesgo país de otros países vecinos del Ecuador como Perú y Colombia o como otras economías dolarizadas: Panamá, por ejemplo.

¿Pero cuáles son las características comunes de los países con altos riesgos y los de bajo riesgo? ¿Cuáles son las lecciones que puede sacar Ecuador?

De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), de manera general se encuentran al menos dos elementos transversales de los países que tienen tan alto riesgo. El primero es que todos tienen una sólida historia de problemas económicos y fiscal, con déficit y desorden en las cuentas fiscales. En el caso particular de Argentina y Ecuador, son países que están acostumbrados a endeudarse y luego a no pagar las deudas.

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El caso de El Salvador, opina Carrera, que es también un país dolarizado, es un ejemplo de lo que no se debe hacer para Ecuador.

Asegura que el presidente Nayib Bukele está arrasando con el ahorro de bancos, y al ser una economía dolarizada está desestabilizándolo todo. Ha anunciado, por ejemplo, la emisión de unos bonos Volcán, y con la ley de digitalización ha dado paso al uso de bitcóins, todo ello está destruyendo la economía.

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En la otra cara de la moneda están los países que tienen un bajo riesgo país, incluso a pesar de que tienen problemas sociales. Por ejemplo, Perú. A pesar de los problemas de gobernabilidad que tienen, este 8 de febrero su riesgo país estaba con un nivel de 195 puntos.

Carrera explica que, en el caso de ese país, fue el fujimorato (con todos sus problemas en el manejo político) el que dio la pauta para un manejo fiscal responsable y ayudó al país a salir de la hiperinflación que se había generado desde el gobierno de Alan García. Actualmente, el nivel deuda PIB está en un 30 % o 35 %, el Banco Central es autónomo. Un punto muy importante es que la propia población, el ciudadano, es consciente de la necesidad de orden fiscal.

Panamá, la otra economía dolarizada, es un ejemplo a seguir, dice Carrera. Se trata de una economía que tiene al momento un riesgo de 217 puntos. Se trata de una economía abierta al ingreso de dólares, que tiene cantidad de bancos y que ha logrado tener un ingreso per cápita superior al de Chile.

Santiago Mosquera, analista económico y decano de la Escuela de Negocios de la UDLA, coincide en que la base para tener un mejor indicador de riesgo país es el buen desempeño y estabilidad económica. Asegura que en el caso de Colombia, México, Chile, Perú, todos se han mantenido con un buen manejo macroeconómico, independientemente de la tendencia del Gobierno de turno. “Hay temas de los que ya no se discute, ni se los toca”, asegura. Déficit reducido, independencia del Banco Central, mantener inflación a la baja, entre otros. Esto, asegura, es atractivo para los inversionistas.

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En cambio, en Argentina, Venezuela, El Salvador y Ecuador la constante es un cambio de políticas. Expone, por ejemplo, que en Argentina se tuvo un buen manejo de libre mercado en la etapa del expresidente Mauricio Macri, pero con el regreso del peronismo se retrocedió en lo caminado y se volvió a políticas en las que no les importa la salud de las finanzas públicas, se vuelve al endeudamiento, no hay independencia del Banco Central, sino que más bien es un botín.

En el caso de El Salvador, considera que ese incremento del riesgo está dado por el tinte populista de Bukele.

Adicionalmente, comenta que con Ecuador se produce un fenómeno muy particular. Si se pudieran examinar solo las cifras macroeconómicas del momento, entonces el país podría tener grado de inversión. Este es un estatus que tienen los países que alcanzan la calificación de su deuda de BBB- en adelante. En cambio, los países que no llegan a esa calificación tienen bonos basura. Ecuador al tener una calificación de B- está en esta segunda categoría (bonos basura). Así, aunque Ecuador tiene un servicio de deuda manejable, inflación baja, superávit del sector público no financiero, reservas de más de $ 9.000 millones, y estos son indicadores positivos, lamentablemente por tener una trayectoria de incumplimientos y un historial de inestabilidad política, entonces obtiene peores calificaciones. “Por eso estamos donde estamos”, añade. (I)