En el 2022 el consumo de combustibles automotrices regresó a los niveles prepandemia. El consumo que había caído en 2020 producto del encierro por el COVID-19 y la falta de actividad económica se ha recuperado. Sin embargo, aunque el Gobierno hizo esfuerzos por poner en el mercado combustibles de mejor octanaje y calidad, la estructura del consumo sigue inclinándose hacia los combustibles fósiles menos amigables con el ambiente, que tienen los precios congelados.