En el noroccidente de Pichincha, los productores, comerciantes y operadores turísticos redoblan sus esfuerzos para levantar la economía de la zona, que también sufrió los estragos de los 31 días que duraron las manifestaciones por el marco del paro indígena. Con el feriado por el Día de los Difuntos esperan recuperar parte de lo perdido.
El perfume penetrante de cacao fino de aroma, de árboles frutales, del café, de la amplia gastronomía, la exuberante vegetación del bosque húmedo, los pajonales, los ríos, la innumerable variedad de flora y fauna, así como la hospitalidad de la genta, son las características que distinguen al Chocó Andino de Pichincha.
Aunque los cantones y parroquias del noroccidente no fueron escenario de los enfrentamientos entre manifestantes y miembros de la fuerza pública, la cercanía con la provincia de Imbabura —epicentro de las protestas— provocó que la afluencia de turistas se redujera significativamente, poniendo en aprietos a los negocios.
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“El turismo es esencial para nosotros”, dijo Patricio Espinel, propietario del restaurante y hostal El Mirador de los Bancos, ubicado en el cantón San Miguel de los Bancos.
El establecimiento lleva veinticinco años en funcionamiento. Está rodeado de vasta vegetación y posee un amplio balcón, con escalones que permiten observar al río Blanco.
Espinel contó que años atrás el noroccidente de Pichincha se beneficiaba de los viajeros que se trasladaban principalmente desde Quito hacia las playas de Esmeraldas, pero la creciente inseguridad en la provincia verde ha disminuido considerablemente la presencia de visitantes.
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Sin embargo, en Los Bancos no se desaniman y buscan empujar al cantón como un centro turístico. “El turismo es un paraguas bien grande. El país no está explotando todas las bellezas y riquezas que tenemos”, expresó Espinel.
La Ruta del Choco-Late
Con el fin de reactivar el turismo en el noroccidente, el viceministerio de Turismo impulsa la denominada Ruta del Choco-Late, cuyo concepto es ofrecer a los visitantes nacionales y extranjeros la oportunidad de adentrarse en el proceso de elaboración del cacao fino de aroma en el Chocó Andino.
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Los turistas pueden recorrer haciendas productoras, plantas de procesamiento, fabricación de productos con valor agregado y aprovechar su estadía para conocer otras iniciativas locales.
Elaboran barras de chocolate con diversas combinaciones de sabores frutales y de plantas, tabletas, pasta de cacao, miel de pulpa de cacao, vino de cacao, bebidas energizantes, licor, cremas humectantes. La variedad de productos derivados es amplia.
Puerto Quito
Parte del proyecto de la Ruta del Choco-Late son las 42 familias que pertenecen a la Asociación Agropecuaria Artesanal Nueva Esperanza (Asoane), que se encuentra en el cantón Puerto Quito.
Romel Jumbo contó que hace veinte años lograron legalizar a la organización. Para ellos, la asociatividad les permite trabajar de manera conjunta, más coordinada, sumando esfuerzos para potenciar el trabajo de las pequeñas fincas, cuyo principal cultivo es el cacao fino de aroma, pero que también poseen otros frutos y productos agrícolas.
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Milton Díaz es miembro de la asociación y propietario de la finca Bosque Encantado. Con mucho entusiasmo resaltó que cada productor trabaja de manera orgánica.
“Le ponemos corazón y alma al cacao fino de aroma”, enfatizó, distinguiendo que es una especie distinta del cacao tipo CCN (que es un injerto). La Asoane produce en temporada alta alrededor de dos toneladas de cacao al mes, en promedio.
La finca Yaussa también es parte de la Ruta del Choco-Late. No es miembro de la Asoane, pero se encaminan por el mismo horizonte: exponer al país y al mundo la riqueza del cacao fino de aroma y de las frutas que emergen del suelo de Puerto Quito.
Elsa Zárate, propietaria, mientras recorría la finca explicaba con detalle que poseen catorce variedades de cacao y tienen alrededor de ochenta tipos de árboles frutales.
Aquí se encuentran frutas poco comunes o extrañas en los mercados de la capital, como el bilimbi, la fruta milagrosa, salak y madroño, por mencionar algunos ejemplos.
“Ecuador es un país maravilloso, pero todavía no nos damos cuenta de lo bendecidos que somos”, comentó la mujer, que hacía hincapié en que cada ecuatoriano debe sentirse orgulloso y cuidar lo que el país produce.
Mindo
Mindo es una parroquia de San Miguel de los Bancos que tradicionalmente es conocida por su turismo científico (debido al avistamiento y estudio de aves y de mariposas, principalmente), pero desde hace algunos años también resalta por ser una zona productora de cacao fino de aroma, muy apetecido por su calidad.
En el lugar hay varias fábricas de distintas marcas ecuatorianas que atraen a los amantes del chocolate.
Es el caso de la iniciativa Descubre Mindo Chocolate, que reúne a las marcas Mindo Chocolate Makers, Paccari, Yumbos, Mindo Maya, Quinde Mindo y Olivia Chocolate.
La visita engloba toda una experiencia sensorial, llena de historia alrededor de la denominada “pepa de oro” y sus bondades.
Pacto
La travesía por el noroccidente de Pichincha es extensa y variada. En la parroquia de Pacto, perteneciente al Distrito Metropolitano de Quito, se encuentra el refugio natural Pakto, que también está dentro de la reserva de biósfera del Chocó Andino.
Se distingue por su oferta de turismo de bienestar, donde los visitantes tendrán experiencias para reconectar con los cinco sentidos dentro de la naturaleza.
Pero además el refugio incluye una ruta que abarca recorrido por fábricas artesanales de panela y aguardiente, así como fincas productoras de café y otros productos.
“Lo que vas a encontrar aquí son los cuatro elementos de la naturaleza. Vamos a aprender cómo gestionar las emociones, los pensamientos, para lograr el bienestar y la plenitud”, describió William Mena, propietario del refugio.
Los emprendedores y empresarios del noroccidente de Pichincha aguardan el pronto retorno de los turistas, que con los recursos que inyectan mueven la economía de las parroquias y cantones. (I)




























