Ricas en proteínas, vitaminas, zinc y hierro, bajas en grasas y carbohidratos. Las algas marinas tienen estas propiedades beneficiosas para las personas y podrían ayudar a reducir el hambre en el mundo e incluso combatir el cambio climático.

"Si cultiváramos solo el 2 % del océano, podríamos aportar las proteínas suficientes para alimentar a una población de 12.000 millones de personas", aseguró el especialista en algas marinas, Vincent Doumeizel, quien también es asesor principal para cuestiones relacionadas con el océano del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

Ciertas variedades de algas marinas son aptas para consumo humano y esto podemos verlo en platos como el sushi. "La mayoría de los japoneses comen algas marinas tres veces al día, en Corea se usan en muchos platos y en China las consumen muchas personas. Este puede ser un factor importante en la disminución de los niveles de enfermedades no transmisibles en estos países”, mencionó el experto.

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“Las algas marinas no necesitan tierra, agua dulce o pesticidas, solo sol y agua salada. Si el ganado se alimentara con alimentos a base de algas marinas, en lugar de soja, las emisiones de metano podrían reducirse en un 90 %, y mejorar la digestión al tiempo que reforzarían el sistema inmunológico de los animales, reduciendo al mismo tiempo la necesidad de antibióticos. En algunos países como Escocia e Islandia ya lo están implementando", recordó.

Beneficios de las algas marinas

Estos organismos, ricos en minerales, se pueden utilizar como fertilizante natural, reemplazo del plástico, componentes de medicinas y cosméticos. Además, ayudan a combatir la contaminación de los océanos, porque limpian el agua de nitratos y fosfatos, mencionó Naciones Unidas.

Pero si tiene tantos beneficios, ¿por qué no se las usa masivamente? "Hay una falta de espacio para cultivar bosques submarinos cerca de las costas, y obtener una licencia para cultivarlas en alta mar puede ser complicado. Tenemos que aprender de las compañías petroleras, que tienen mucha experiencia en el manejo de fuertes corrientes y grandes olas", refiere Doumeizel.

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Sin embargo, hay empresas que ya han empezado a involucrarse en este mercado. Kelp Blue prevé cultivar unas 70.000 hectáreas de bosques de algas frente a la costa de Namibia. Según la compañía, ayudaría a combatir la crisis alimentaria en el planeta, eliminarían grandes cantidades de gases de efecto invernadero de la atmósfera, y darían cientos de plazas de trabajo.

"Estos bosques se poblarían de algas gigantes, una forma de hierba marina que puede crecer hasta 30 metros. Según Kelp Blue, los bosques conseguirían retener un millón de toneladas de dióxido de carbono y, al usarlas como alimento para ganado, se lograría una reducción de las emisiones de metano", se añadió en la publicación.

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Incluso, los peces saldrían beneficiados. Se calcula que la población de pescados aumentaría 20 % en las aguas circundantes a los bosques de algas y que 200 especies vivan en ellas.

"El Pacto Mundial de las Naciones Unidas ha publicado un manifiesto sobre las algas, donde se insta a la adopción de normas concertadas internacionalmente, a implementar nuevos esfuerzos de inversión y a una mayor colaboración entre los gobiernos, la comunidad científica y la industria, con el objetivo final de impulsar la producción al siguiente escalón", recordó Naciones Unidas. (I)