El próximo miércoles está previsto que el presidente Lenín Moreno abra el foro de los mandatarios del mundo en el seno de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se realizará –por primera vez en sus 75 años de creación– de forma virtual; esto por la pandemia del COVID-19 que ha causado más de 30 millones de contagios desde finales del año pasado y que en algunas naciones, principalmente de América Latina, no da tregua, mientras las potencias apuran la búsqueda de una vacuna.

En una entrevista con este Diario, el canciller Luis Gallegos se refiere, sin dar mayor detalle, a los temas que planteará Moreno en su discurso y a los desafíos de la diplomacia en esta coyuntura sin precedentes en la historia de la humanidad. Además, hace un recuento de sus acciones ante situaciones coyunturales, como la incursión de la flota pesquera china en el mar territorial ecuatoriano o la negociación para obtener el visado Schengen para los ecuatorianos.

¿Qué expectativa tiene el Gobierno en este foro?

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Esta Asamblea General es inédita. Es la primera vez que el mundo se enfrenta a una crisis internacional sin paralelo en la historia contemporánea en la que todos los países se han visto afectados, que pone en riesgo nuestras vidas y la de nuestros seres queridos. Esto tiene un efecto económico, una implosión de la economía mundial sin precedentes, y unas repercusiones sociales impresionantes, el desempleo, la pobreza… Este es un momento de una profunda reflexión no solo de los organismos multilaterales que se han visto desbordados, sino del individuo. En la Asamblea se tratará, fundamentalmente, cómo esperamos superar esto dentro de un multilateralismo que espera fortalecerse y superar distancias geopolíticas, porque no es posible que mientras algunos países tratemos de buscar soluciones a los problemas, otros, las potencias, estén obcecados en dilemas de ese tipo. Esto le hace un pobre servicio al concepto de humanidad.

¿Y qué le tiene que decir el presidente Moreno al mundo?

El discurso del presidente está en revisión; se enfocará en el impacto del COVID-19 y la situación de Ecuador en ese contexto, en el hecho de que tenemos que encontrar una solidaridad global que permita a los países salir de esto y además superar otras brechas. Cepal ha dicho que América Latina decrecerá de 9 % a 12 %, que la pobreza y la pobreza extrema crecerán en millones de personas, y que en muchos países se revertirá todo lo que se hizo en décadas pasadas para los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 2030. Y para ello hay que encontrar elementos para una negociación fluida pese a las dificultades propias de la pandemia; esta Asamblea será a distancia, los presidentes participarán en el foro y los debates de forma virtual. El presidente Moreno intervendrá en eventos sobre biodiversidad y los ODS.

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¿Y cómo superar esos dilemas geopolíticos de los que usted habla si el COVID-19 los está acentuando? Mire el ejemplo de la carrera por la vacuna. Las potencias como Rusia o Estados Unidos que las están desarrollando ya están buscando aliados a los que van a privilegiar al momento de distribuirla; mientras que la Organización Mundial de la Salud plantea una iniciativa mundial que no tiene eco en esas potencias…

Coincido con usted. La humanidad está esperanzada en la vacuna. Cuando asumí el cargo dije que me enfocaría en este tema. Creo en la necesidad de que la vacuna sea un bien universal, que esté a disposición de todo el mundo a precios razonables. En Ecuador nos hemos sumado a la iniciativa argentino-mexicana de (la empresa) AstraZeneca y (la universidad de) Oxford, que va a producir con la ayuda de la Fundación Slim 250 millones de vacunas, a $2 o $4. Mientras esto ocurre no hemos dejado de hablar del Covax, que es la sugerencia de la OMS, en donde hay un grupo de 160 países. Pero la realidad es que no podemos dejar de ver todas las alternativas; me he sentado con los rusos, los chinos, soy un apoyo para el Ministerio de Salud. Creo que será un gran reto para el mundo producir 7500 millones de vacunas… Y por ello debemos partir de la idea de que tenemos que salir de esto todos juntos, porque si no, no sale nadie.

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¿Y en cuántas iniciativas está el país?

Entre cinco y seis. Tengo mucho respeto por el ministro (de Salud) Juan Carlos Zevallos, que ha definido varios laboratorios en América, Europa, Asia... Pienso que la iniciativa de AstraZeneca es el camino que debemos escoger para lograr precios razonables, tenemos que prever que somos 17 millones de ecuatorianos que debamos vacunarnos, quizás dos veces, cada año… Hace poco dije en una entrevista que en Ecuador no teníamos la posibilidad de pagar montos exorbitantes por las vacunas. Creo que tenemos que embarcarnos en buscar capacidades propias para hacer mascarillas, medicamentos y hasta vacunas.

¿Ecuador podría producir una vacuna?

Si no lo podemos hacer con las capacidades actuales de nuestros laboratorios, tenemos que esforzarnos en eso.

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Pero no hay plata, ministro.

Hay que buscar cooperación internacional de manera inteligente. Tenemos que salir con nuestras propias capacidades. Lo que sí me ha enseñado esta pandemia es que todo depende de nosotros…

¿Y el multilateralismo que usted defiende no alcanza?

Tenemos que buscar una solución entre todos los países, pero cada uno tiene sus particularidades. Necesitamos un multilateralismo fortalecido, pero veo que unos estamos yendo por el camino que nos marcan la OMS y la OPS, y otros por su cuenta; y que mientras unos buscamos el acceso a la medicina paliativa y a las vacunas, otros prohíben la venta a ciertos países.

Usted me decía que la pandemia ha cambiado la forma de negociar, ya no es posible estar frente a frente con un canciller, con un presidente, para lograr compromisos más sólidos. En ese contexto, ¿qué avances hay en la solución de temas como la incursión de la flota pesquera china en el mar territorial de Ecuador y las sanciones de ese país al camarón ecuatoriano?

Habría sido lo ideal poder negociar cara a cara como es la diplomacia tradicional, pero en estas circunstancias no es posible, muchos países están cerrados. A pesar de eso, las negociaciones con China se han desarrollado de forma eficiente. Cuando recién me posesioné, que fue un viernes, el primer tema que atendí fue el camarón chino. La reacción que logré es que el lunes siguiente hubiera una reunión técnica; al día siguiente, el ministro de la Producción, Iván Ontaneda, habló con su par de China y en tres semanas ya estuvo listo el protocolo de acceso; la negociación fue eficiente porque tengo un embajador en Beijing y por mis conversaciones con el canciller chino, el intercambio de notas…

Respecto de la flota china, yo le advertí al Gobierno chino, a través de las embajadas, que estábamos no solo preocupados sino molestos por el hecho de que la flota estuviera en el límite de nuestra zona económica exclusiva y que teníamos el antecedente del 2017 en que apresamos al barco y los marineros chinos y que haríamos respetar la soberanía del Ecuador… En ese marco, tuvimos reuniones con la Comisión del Pacífico Sur, que dieron como resultado que se condene la pesca ilegítima e ilegal y que se cree un grupo de trabajo para monitorear toda embarcación que ingrese a esta área regional, que incluye a Chile, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica. Diseñé con un equipo brillante de diplomáticos una estrategia multilateral que consistía en ir con la FAO, con la Unesco, Naciones Unidas, Convemar, la Orops (Organización Regional de Pesca) a ejercer nuestros derechos con base en los tratados. En enero asistiremos a la reunión de las Orops en San Petersburgo para defender lo que estamos negociando con China, que no está concluido.

¿Y en qué etapa está la negociación? ¿La flota sigue en el mar territorial ecuatoriano?

Ya salieron. Están divididos frente a Perú y Panamá. Están en el periodo de autoveda que se pusieron de septiembre a noviembre por la temperatura del agua. Respecto de la negociación, los técnicos de Ecuador y de China señalaron varios puntos que nos interesa negociar. Primero que la veda se extienda de junio a noviembre, que haya transbordos y verificación de procedimientos, monitoreo de la ubicación exacta de las naves y controles. Ellos están autorizados a pescar calamar gigante, es lo que le permite la Orops. El impacto de una flota de esas dimensiones es lo que nos ha preocupado.

¿Y cómo saben que no están pescando otras especies?

Los expertos nos dicen que solo están pescando eso. Yo he sugerido a los sectores productivos con los que me he reunido que nosotros lo pesquemos y se lo vendamos a ellos. La soberanía se ejerce con naves y diplomacia, pero también viviéndola.

¿Y hay interés de los empresarios?

Sí lo hay. Por alguna razón estas flotas pescan calamar gigante. Y si hay un mercado para eso, ¿por qué no hacerlo nosotros?

¿Y cuándo habrá resultados concretos?

Esperamos que antes de la reunión de enero tengamos los protocolos de abordaje y otras acciones de los grupos técnicos. Este es el primer escalón. Luego las negociaciones serán políticas. Y de eso nos encargamos en la Cancillería y buscaremos un entendimiento y que se respete el ordenamiento internacional. Estamos negociando el tratado de biodiversidad que trata de la extensión de zonas de reserva en altamar para llegar a un equilibrio en la pesca y garantizar el recurso para las futuras generaciones.

¿Y se puede ser enérgico con un país como China al que se le debe tanta plata?

No se le debe porque esto es un negocio. Usted me presta y yo le pago. Yo parto del principio de soberanía. Y así se puede dialogar y entendernos. Así se logró la solución del tema del camarón. Y así hay que hablar con franqueza con todos los países, como Estados Unidos, la Unión Europea y otros.

Siguiendo con otro frente, las elecciones en Estados Unidos son en menos de dos meses. ¿Qué le conviene más al país, que gane Donald Trump o Joe Biden?

(Risas) Eso nunca se lo voy a contestar. Conozco a ambos personajes. En un proceso electoral hay que tener respeto por el pueblo que define su futuro. Tenemos una estupenda relación con Estados Unidos más allá de quien gane. Tenemos intereses que se mantendrán; independientemente del Gobierno tiene que haber una política de Estado.

¿Se avanzó algo en el Tratado de Libre Comercio?

Estamos definiendo fechas de reunión para el Consejo de Comercio e Inversiones (TIC, en inglés) y para el diálogo bilateral, que son espacios de consulta en temas de comercio, migración, seguridad. Y lo mismo pasa con Europa y Asia. Pero antes tenemos que acceder a la Alianza del Pacífico para integrarnos a la gran cadena de países que tienen tratados en el Pacífico y que pueden llegar a los países de Asia. Es importante que terminemos esa negociación y que nos permitan usar los mecanismos que ellos tienen para llegar a esos mercados. Nos falta culminar la negociación de un tratado con México, estamos en las últimas mesas. El COVID-19 atrasó esto.

En cuanto a la relación con la Unión Europea, ¿qué posibilidades ciertas hay de que se concrete la visa Schengen para el país? Ya tenemos el pasaporte biométrico, que decían que era un requisito importante.

Le diría que el tema no se soluciona solo con el pasaporte biométrico. Europa pone una serie de condiciones, como ser una democracia sólida, tener procedimientos de solución de controversia… El problema es que ni en Europa se aplica actualmente la visa universal por el COVID-19; quienes van a España no pueden entrar a otros países. He pedido ir a Europa la tercera semana de octubre, que es cuando esperamos que aminore el virus, para reunirnos con las autoridades. Creo que es necesario un diálogo personal, mirarnos a los ojos. Por (la plataforma) Zoom no hay esa experiencia humana. Europa irá abriendo fronteras, pero en este momento ni siquiera hay turismo allá.

Pero algún día se reactivará…

Claro. Cuando haya una vacuna. El COVID-19 lo detuvo todo. Le mentiría si le digo que la solución a este tema será inmediata y fácil. Hay que hablar con las autoridades de los países de la UE. Hay unos que ya han prometido el apoyo a Ecuador, pero nos han pedido paciencia. (I)