Desde que era niña Beatriz Ocejo, de 75 años, acompañaba a sus padres a la iglesia San Francisco, centro de Guayaquil, para celebrar el Domingo de Ramos. Recuerda el olor a incienso, las velas, los cánticos y a los comerciantes que trataban de venderle a su padre ramos hechos con palma de cera.

Sostiene que su familia siempre compraba los ramos más grandes para demostrar su fe. Esta tradición la mantuvo hasta 2011 cuando su nieta, que en esa época tenía 9 años, la convenció de no hacerlo.

“Me mostró un programa en la televisión por cable. Allí decían que en la palma viven unos loritos, pero que la gente los tumbaba (talaba) para coger las hojas y hacer los ramos. Mi nieta me puso como condición para que ella vaya conmigo a la iglesia que ya no los comprara”, cuenta Ocejo.

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Las aves de las que habla son el loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) y el perico cachetidorado (Leptosittaca branickii), que no solo se alimentan de los frutos de la palma de cera, sino que construyen sus nidos en los agujeros envejecidos que se encuentran en el tallo de esta planta.

El Perico cachetidorado tiene un amplio rango de distribución y sus poblaciones están declinando en Ecuador. Foto: Archivo

Según el Libro rojo de las aves del Ecuador, las especies están enlistadas en las categorías En Peligro Crítico y En Peligro, respectivamente.

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Pero, además, la propia palma de cera está en peligro de extinción en el país y no solo por la tradición religiosa, sino debido a la deforestación de los bosques andinos generada por la expansión de la agricultura y la ganadería y la fragmentación de los hábitats.

Es por esto que el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE) ha realizado diversas campañas para recordar la prohibición de comercializar ramos de palma de cera.

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Además, el MAE busca concienciar a la población para que elija otras opciones confeccionadas con plantas que no afecten a la fauna y flora, como la totora, laurel, maíz, sigse, paja, trigo o cebada.

En este mes la entidad estatal, a través de sus direcciones provinciales, relanzó la campaña Tradición y conservación van de la mano, cuyo principal objetivo es proteger las siete especies de palma de cera que existen en los bosques nublados del Ecuador, indica Diego Bastidas, director provincial de Ambiente de Tungurahua.

"Una vez que se terminó la festividad de carnaval y empezamos el tema de la cuaresma hemos activado las políticas de conservación en todas las direcciones provinciales y desde marzo hemos venido realizando socializaciones y talleres para que los feligreses utilicen ramos alternativos", sostiene Bastidas.

Este tipo de palma, que puede llegar a medir hasta sesenta metros de alto y puede vivir hasta 200 años, tienen un lento proceso de crecimiento lo que la hace más vulnerable.

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Quienes extraen, comercializan o transportan especies silvestres pueden ser castigados con prisión de uno a tres años y multas de hasta diez salarios mínimos vitales generales, según lo estipulado en el Código Orgánico Integral Penal y el Código del Ambiente.

Ocejo afirma que ella actualmente compra ramos hechos de bambú y romero: “Es cuestión de acostumbrarse, si bien la palabra dice que Jesús fue recibido con hojas de palma a Dios no le gusta que destruyamos la naturaleza. Aunque sí veo que siguen vendiendo ramos de palma, pero ya no los compro”, señala.

Otra de las opciones de ramo que tienen los católicos es la que presenta este Diario junto con la Arquidiócesis de Guayaquil y Almacenes Tía.

Se trata de un ramo armable que circula hoy y que está impreso en un papel ecológico producido con el bagazo resultante del proceso de elaboración de la azúcar.

El ramo armable que circula hoy con este Diario está hecho de papel producido con el bagazo que queda del proceso de elaboración de la azúcar. Foto: Carlos Barros 

Los lectores podrán escanear un código QR con sus celulares y así observar un video instructivo del paso a paso para poder armarlo.

Además, el ramo está bendecido. Monseñor Luis Cabrera afirma que esta alternativa es válida para cuidar a la naturaleza: “La palma de cera está en peligro de extinción y esta es solo una de las mil soluciones para defender a esta especie y el compromiso que todos tenemos con el medio ambiente. (...) La palma de cera es una obra de Dios y él nos invita a cuidar todo lo que nos ha dado”, dice el religioso.

Según las últimas cifras disponibles del Ministerio del Ambiente, en 2018 a nivel nacional se decomisaron 71 kilogramos de palma en varios operativos efectuados antes, durante y después de Semana Santa. (I)

DATOS

Loro orejiamarillo
Esta especie está en peligro crítico, ya que se han tenido muy pocos registros de su presencia en Ecuador. Son aves nómadas.

Perico cachetidorado
Es poco común. Tiene un amplio rango de distribución y sus poblaciones están declinando en Ecuador.