La proforma presupuestaria para el próximo año que el Gobierno remitió el miércoles a la Asamblea Nacional generó reacciones en representantes del sector productivo y algunos analistas que ven con preocupación varios aspectos.

La proforma asciende a $31.318 millones, sin incluir a la Cuenta de Financiamiento de Derivados Deficitarios,  que se ubica en $ 4.481 millones y es 2,8 % menor a la presentada en 2018. Además se incluyen el pago de pensiones jubilares al IESS por $ 1.240 millones; y la entrada en vigencia de la Ley Amazónica ($ 278 millones).

En un análisis preliminar, al exministro de Economía Fausto Ortiz “le llama la atención” el Producto Interno Bruto (PIB) nominal, considerado en $ 113 mil millones dentro de la proforma.

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Debido, según publicó Ortiz en su cuenta de Twitter, a que hace una semana el Banco Central  lo ubicó en $ 104 mil millones para el 2017 y el Ministerio de Economía y Finanzas los mismos $104 millones para el 2018.

Para Alberto Acosta Burneo, director de Análisis Semanal, lo preocupante es que se continuará en una situación de dependencia del financiamiento, al plantear nuevamente que este  va a estar en $ 8 mil millones, como este año.

La proforma prevé el financiamiento público en $8.166 millones, solo  menor a la del 2018 con $ 300 millones.

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Acosta señaló que el escenario del financiamiento ha desmejorado, porque las tasas de interés internacional están subiendo y hay menos interesados en prestarle a Ecuador. “Lo que estamos haciendo en este momento con esta proforma es posponiendo un ajuste mucho más fuerte hasta el momento en que ya no haya quién nos preste la plata”, sostuvo.

Mientras que Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil,  consideró que la proforma se alinea con el compromiso del Gobierno de sanear las cuentas fiscales; sin embargo, dijo que existen detalles que desafían su ejecución real.

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Uno de estos es que esté elaborada bajo el supuesto de que el PIB crecerá 1,43 %, cifra bastante optimista, teniendo en cuenta la coyuntura actual, dado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que solo crecería el 0,7 %.

Finalmente, le preocupa que  se priorice el recorte en la inversión sobre el recorte en el gasto corriente, cuando debería ser lo contrario.

“El gasto en personal se reduce apenas 0,7 %, mientras que el gasto en bienes y servicios se reduce 14 %”, expresó.

Esa proforma plantea que nos vamos a endeudar en la misma cantidad que el año pasado (...). Debió hacerse un esfuerzo para tomar medidas más decisivas para la austeridad”.Alberto Acosta Burneo,analista

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