Con la solemnidad de la Natividad del Señor, la Iglesia católica inicia este 25 de diciembre la Octava de Navidad, un ciclo de ocho días consecutivos en los que se prolonga la alegría por el nacimiento de Jesucristo, celebrada litúrgicamente como si se tratara de “un gran domingo”.
Como es tradición, la conmemoración comienza la noche del 24 de diciembre con la Misa de Nochebuena y tiene su centro el 25 de diciembre, día principal de las celebraciones.
A partir de esta fecha se desarrolla la Octava de Navidad, que en 2025 se extiende desde el jueves 25 de diciembre hasta el jueves 1 de enero, cuando culmina con la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios.
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Raíces bíblicas de la Octava
La celebración de la Octava hunde sus raíces en el Antiguo Testamento. El pueblo de Israel acostumbraba celebrar las grandes fiestas durante ocho días, como se recoge en el Génesis (Gen 17, 9-14), donde se recuerda la Alianza de Dios con Abraham y la circuncisión de los varones al octavo día de nacidos.
Esta tradición continúa en el Nuevo Testamento: Jesús mismo fue circuncidado al octavo día. Sin embargo, para la Iglesia, el sentido pleno del “octavo día” se sella con la resurrección de Cristo, acontecida el “primer día de la semana”, el domingo (cf. Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1), que es a la vez el día que sigue al sábado y, por tanto, el “octavo”.
El “octavo día”
El octavo día es, como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, el día nuevo, un día de resurrección, detalla ACI Prensa.
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Así lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica: «El “octavo día”, que sigue al sábado (cfr. Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los cristianos llegó a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor (hè kyriakè hèmera, dies dominica), el “domingo”» (CEC 2174).
Si la primera creación culminó en el séptimo día, en el octavo comenzó la “nueva creación”, es decir, la creación redimida por Jesucristo (CEC 349). La Iglesia enseña que los cristianos vivimos en ese “octavo día”; en otras palabras, en la época de la redención traída por Cristo. «Ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará» (Ap 22, 5).
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Por ello, los cristianos celebran el misterio de la Pascua cada ocho días, domingo a domingo. El domingo es el Dies Domini, el Día del Señor (cfr. CEC 1166).
Por todas estas razones, la celebración de la “Octava” sigue siendo una tradición de especial importancia para la Iglesia católica, que ha establecido como los días festivos más solemnes del calendario litúrgico la Octava de Navidad y la Octava de Pascua.
Celebraciones de la Octava de Navidad
Durante la Octava de Navidad, la liturgia recuerda diversas festividades de especial significado:
- 26 de diciembre: San Esteban, primer mártir del cristianismo, testigo de quienes dieron su vida por Cristo.
- 27 de diciembre: San Juan Evangelista, el “discípulo amado”, que permaneció fiel al pie de la cruz junto a la Virgen María.
- 28 de diciembre: Santos Inocentes, que evocan a quienes murieron por Cristo sin saberlo.
- Domingo después de Navidad: La Sagrada Familia, modelo para las familias cristianas; en 2025 se celebra el domingo 28 de diciembre.
- 1 de enero: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, dogma que fundamenta todos los títulos atribuidos a la Virgen.
(I)
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