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Construyamos una ciudad de Guayaquil y un país Ecuador de bien, respeto, amor a Dios, al prójimo y a la naturaleza.
Estamos con miedo, ansiedad, cansancio, dolores, etc., debido a la inseguridad, corrupción, desempleo, desmotivación...; confiemos en Dios.
Al hombre se le ha dado el mérito de la curiosidad para que descubra, invente nombres a las cosas hechas por Dios.
Debemos estar preparados para la muerte, se buenos, útiles, ayudar, servir al prójimo; cual fue el legado que nos dejó Jesucristo.
Hago un llamado a todos para unirnos en oración por la situación del Ecuador, la población, las familias, los gobernantes.
Dios siempre escucha las oraciones con fe, es incondicional, indica la ruta a seguir y sus milagros son maravillosos.
El pueblo desea que reine la convivencia pacífica y fraternal en el territorio ecuatoriano.
La fiesta del Corpus Christi es la fiesta de la eucaristía, milagro divino.
En ciudades como Pujilí o Cuenca se desarrollan actos especiales.
Elevemos a Dios nuestras plegarias para que se apiade y salve al Ecuador con la conversión de las personas y las prácticas del bien.
Tuvimos una Asamblea que desplegó en sus acciones mucha pobreza espiritual. La mayoría de los exasambleístas pensaron en sus intereses personales.
Hay tantos medios tecnológicos y se necesita gente aguerrida que dé a conocer cosas buenas, ayude a la sociedad, rece mucho a Dios y a la Virgen, ame la vida.
Es mes de mayo, dedicado a la Virgen María, Madre de Dios. Puede hacer en estos días: rezar el rosario; las tres Avemarías antes de acostarse; ir a la iglesia.
Frente a lo que estamos viviendo, los ecuatorianos nos preguntamos ¿cuál es la salida?
Gentes descalificadas con ‘autoridad o poder’, sepan que la sabiduría de Dios no es la ‘sabiduría’ de ustedes que solo hacen daño al país con su actitud hostil.
Terminó la Semana Santa, vivimos la Pascua; los políticos deberían resucitar al amor de Dios y dejar la corrupción.
Los comportamientos, desde espacios de poder, han sido para que se evita o eluda información y/o correctivos.
Este Domingo de Resurrección se habló del amor y la esperanza que dejó Jesús.
Alrededor de 360 millones de cristianos viven en países donde había una importante y significativa persecución.
Si esos más de 16 millones de ecuatorianos viviéramos nuestra fe, hasta nuestros políticos serían distintos...