Los trastornos alimenticios son enfermedades serias que afectan tanto la salud física como mental de las personas. Si bien la anorexia y la bulimia son los más conocidos en este ámbito, hay otro que suele pasar desapercibido pero tiene un impacto significativo: el Trastorno por Alimentación Nocturna (TAN).
A menudo, las personas que experimentan un intenso deseo por comer en exceso durante la noche son juzgadas erróneamente por tener simples antojos. Sin embargo, el TAN no se trata de un capricho momentáneo, sino de una enfermedad real con consecuencias reales.
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Así lo indica la Academia Española de Nutrición y Dietética (Nutriendo), institución que destaca que estas personas tienen un alto riesgo de desarrollar otros trastornos de la conducta alimentaria, además de resistencia a la insulina, diabetes, entre otros problemas de salud.
¿Cómo identificar si alguien tiene esta enfermedad?
Para las personas afectadas, el TAN se convierte en una forma de lidiar con el estrés, la ansiedad y las preocupaciones que acechan en la oscuridad de la noche. En este sentido, Quirón Salud indica que se pueden presentar algunos de estos síntomas:
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- Hambre descontrolada.
- Despertarse constantemente por las noches para comer.
- Dificultad para dormir al no comer antes.
- Comer hasta tener atracones.
- Ansiedad y dificultad para tolerar la frustración.
- Ausencia del hambre en la mañana.
¿Cómo actuar ante este trastorno?
Por lo general, los trastornos alimenticios no mejoran por sí solos y se necesita de “un abordaje multidisciplinario entre el psicólogo y el dietista-nutricionista”, como señaló también Nutriendo.
El psicólogo será el encargado de determinar el origen emocional detrás del TAN y organizará sesiones de terapia para el manejo del estrés y la ansiedad, mientras que el nutricionista estará encargado de establecer una dieta personalizada para equilibrar la ingesta diaria de alimentos.
(I)