El ajo es una planta originaria de Asia occidental que fue introducida al Mediterráneo hace más de siete mil años, donde comenzó a ser cultivada por los griegos y romanos. Su nombre original, allium, proviene del latín que a su vez viene de un término celta que significa “quemar”, haciendo referencia a su olor picante y áspero al olfato humano, que de hecho es una de sus características principales.

El ajo, utilizado como complemento e ingrediente para preparar muchos platillos de la gastronomía internacional, es un alimento muy saludable para el organismo, por lo que ha sido empleado también en la medicina tradicional.

Según Gastrolab, portal de gastronomía, entre sus muchas propiedades se lo conoce por ser un excelente alimento depurativo, antiséptico y antibacteriano, además de ser un gran protector para el corazón debido a que reduce el bloqueo de las arterias, la presión arterial y el colesterol en la sangre.

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Mitos y verdades del ajo

El Instituto Nacional del Cáncer ha admitido que el ajo tiene propiedades anticancerígenas, el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integradora de Estados Unidos ha señalado que el consumo de este alimento es beneficioso para la salud, aunque ha determinado que es necesario realizar más investigaciones para confirmar qué tan beneficioso es consumirlo diario en ayunas.

Sin embargo la Dra. Stephania Esparza, especialista en nutrición, destaca que el ajo no es ‘para todo el mundo’ ya que hay pacientes con síndrome de intestino irritable, y pueden producirse gases, distensión o dolor abdominal, aún más si se consume crudo.

Entre otros beneficios, comer un ajo diario puede ayudarte a reducir el colesterol malo (LDL) del organismo, además de que protege al corazón, pues tiene propiedades hipotensoras e hipolipemiantes que mejoran la circulación sanguínea y ayudan a personas con problemas de colesterol, también potencia las funciones del hígado y el páncreas, pues estimula el desarrollo de insulina en el organismo.

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El ajo nos acerca a una dieta más balanceada y saludable. Foto: Shutterstock

Otro de sus grandes beneficios es que ayuda a combatir las enfermedades respiratorias, en especial, ayuda a combatir la gripe, y aunque no se ha demostrado su eficiencia al cien por ciento, sí se ha detectado que su consumo regular disminuye los resfriados en más de un 60% de los casos, gracias a que descongestiona las vías respiratorias y es un excelente antibiótico natural para tratar los pulmones.

Además, el ajo en ayunas mejora el metabolismo ya que estimula los ácidos gástricos generando una mejor asimilación de los alimentos por el organismo en el aparato digestivo; mientras que sus propiedades antibióticas ayudan a combatir bacterias del tipo gram-positivo y gram-negativo, así como las ácido-corrosivas, como la salmonela y la Escherichia-coli, además de tener efectos positivos contra la flora microbiana de la placa dental, cuenta Gastrolab.

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Por último, la aliína contenida en el ajo funciona como una barrera contra los metales pesados, ya que un estudio comprobó que el ajo ayuda a disminuir los niveles de plomo en la sangre hasta en un 19%, lo que combate dolores de cabeza y presión alta. Recuerda que ante todo nada es milagroso ni está diagnosticado para eliminar algún padecimiento crónico, sino que una dieta balanceada te ayuda a mantener una salud y un peso balanceados. (F)