La teoría de la pérdida del olfato está relacionada con la réplica y rapidez del virus al entrar en la cavidad nasal, provocando daños en las células olfativas que se encargan de procesar la información que viaja por el sistema nervioso, referente a los olores que percibes.

La buena noticia es que perder el olfato es una señal de enfermedad leve, según expertos. La hipótesis explica que si el virus se aloja en la cavidad nasal, limita su acceso al resto del tracto respiratorio y parte de los pulmones, provocando menos complicaciones en el contagiado.

Al contrario, en ocasiones, la anosmia puede acompañarse de disgeusia (pérdida parcial o total del gusto) y mantenerse en tu nariz por meses.

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Según un estudio, la mayoría de personas que pierden el sentido del olfato lo recuperan entre 18 y 21 días tras el primer síntoma; sin embargo, cerca del 5% de los pacientes analizados recobraron su capacidad de oler hasta medio año después.

Las investigaciones son cada vez más amplias y la alta recurrencia de este síntoma ha provocado el desarrollo de terapias sencillas para recuperar el olfato. Foto: Pixabay

Un grupo integrado por expertos internacionales analizó todas las evidencias científicas hasta el momento y llegó a la conclusión de que el mejor tratamiento para recuperar la capacidad de oler es el ‘entrenamiento olfativo’.

En un artículo para The Conversation, Carl Philpott, profesor de Rinología y Olfatología de la Universidad de Anglia del Reino Unido, explicó qué es el entrenamiento propuesto por él y más expertos y cómo llevarlo a la práctica:

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“El entrenamiento olfativo es un tipo de terapia que desde hace algún tiempo utilizan los expertos en desórdenes olfativos, los olfatólogos. Tiene la ventaja de que no provoca efectos secundarios a quienes lo realizan y además no necesita prescripción médica. Es barato y se puede realizar fácilmente en casa”.

Philpott y sus colegas confirmaron que la exposición breve y repetida a olores es una forma efectiva de comenzar a recuperar el olfato, pues el entrenamiento olfativo “estimula la regeneración de las neuronas especializadas, lo que ayuda a recuperar la función olfativa”.

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Limón, eucalipto, rosa y clavo: los 4 olores al rescate

El experto considera que los olores del clavo, las rosas, el limón y el eucalipto son un buen ejemplo de cuatro estímulos básicos para comenzar con un entrenamiento olfativo.

La razón es que se trata de un grupo de frutas y plantas que tienen una diversidad de olores intensos; sin embargo, también se puede entrenar a la nariz con otros aromas comunes en casa, como la naranja, nuez moscada, café, menta, el coco o canela.


Para empezar el entrenamiento olfativo, se deben colocar los olores en recipientes separados y sentarse frente a ellos para tomar uno por uno, para olerlos de forma suave y natural.

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No es necesario inhalar muy fuerte y profundamente, bastan diez segundos o tres inhalaciones con cada olor para intentar identificarlo.

Cinco minutos después, es momento de acercarse al siguiente olor y repetir la operación. La regla general es realizar este ejercicio al menos un par de veces al día, en la mañana y por la noche. También es recomendable utilizar una libreta para anotar los olores que se perciben fácilmente, los que se alcanzan a oler débilmente y aquellos que aún escapan al olfato.

Cabe recalcar que en ciertos casos la recuperación será más lenta y por lo tanto, es necesario continuar con los ejercicios aunque no aparezcan resultados en los primeras semanas. (F)