Las frutas son un grupo de alimentos esenciales para una dieta saludable. No solo por su alto nivel nutricional, sino también por su delicioso sabor y versatilidad para incluir en varios platos o presentaciones.
Hay una gran variedad de frutas, por lo que cada una puede aportar diferentes beneficios al cuerpo humano. Sin embargo, todas son una fuente potente de agua, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes que la vuelven alimentos excelentes para saciar un antojo entre comidas.
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Según la OMS, consumir frutas regularmente ayuda a prevenir enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Lo ideal de las frutas es que pueden comerse a lo largo del día, dependiendo del propósito que tengas. Por ejemplo, son un fuerte acompañante en el desayuno o al arrancar la mañana.
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Si vas a hacer ejercicio, comer un guineo no solo te va a dar energía para el entrenamiento, sino que ayuda a prevenir los calambres musculares y a recuperar los músculos.
Durante la mañana y la tarde, comer una fruta como snack puede saciar el hambre y aportar energía hasta la siguiente comida. Lo bueno es que puedes comer las frutas desde donde estés, ya sea en la oficina, en el colegio, en un paseo o en casa.
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En el almuerzo y en la cena, una porción de frutas se convierte en un perfecto postre.
Lo recomendable es que consumas las frutas antes de las 8 de la noche, pues la fructosa que contienen puede volver su digestión pesada mientras duermes. La fructosa se convierte en glucosa, y como estás durmiendo, el cuerpo no la consume y la convierte en grasa.
Recuerda que la mejor forma de comer frutas es cuando están frescas, preferiblemente durante su estación ideal. Además, si quieres mantener su valor nutricional, intenta comerlas enteras y no hacerlas jugo. (I)