Aprender a poner límites no siempre en sencillo. Sentimientos cómo la culpa y el miedo al qué dirán pueden arrastrarnos en un ciclo sin fin de decisiones que van en contra de nuestra voluntad.
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Aprender a decir que no se puede convertir en todo un desafío, en especial cuando provenimos de entornos donde decir que no es casi un pecado.


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Aprender a poner límites no siempre en sencillo. Sentimientos cómo la culpa y el miedo al qué dirán pueden arrastrarnos en un ciclo sin fin de decisiones que van en contra de nuestra voluntad.