En el complejo viaje de las relaciones humanas, el compromiso matrimonial representa un hito significativo cargado de expectativas, ilusiones y promesas. Sin embargo, en ocasiones, entre el “sí” y el altar se abre un sendero inesperado marcado por el arrepentimiento. El peso emocional de dudar sobre un compromiso asumido puede teñir de incertidumbre lo que alguna vez fue un futuro seguro.