El trastorno de la personalidad narcisista es una condición clínica que va más allá de la simple autoabsorción o vanidad con la que frecuentemente se le confunde en la cultura popular.

Los individuos con este trastorno exhiben un patrón persistente de grandiosidad, una necesidad de admiración excesiva y una falta notable de empatía hacia los demás. Si bien estos síntomas pueden parecer inicialmente como un exceso de autoestima, la realidad es más compleja y, a menudo, más problemática, tanto para el individuo como para quienes lo rodean.

Según la psicóloga Sofía Barahona, este trastorno mental perteneciente al grupo de los trastornos de personalidad tipo B es en realidad una alteración del funcionamiento comportamental de la persona que afecta el empeño de su vida, el desarrollo de sus vínculos y su desenvolvimiento en diferentes espacios.

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Puede afectar a cualquier persona. Aunque no se sepa con exactitud cómo se origina este trastorno, a través de los estudios se puede conocer la base biopsicosocial del paciente, elementos de índole genética, su desarrollo familiar, patrones de crianza y estilos parentales como indicadores significativos que conllevan a desarrollar esta condición.

“Este es un trastorno que tiene una prevalencia relativamente alta, se habla aproximadamente del 6 % de la población con una mayor incidencia para hombres. Muchos estudios demuestran que las poblaciones machistas estimulan la presencia de este tipo de rasgo de personalidad”, comenta la profesional.

Para poder diagnosticar este trastorno, ella indica que el sujeto debe cumplir al menos cinco de nueve características fundamentales que están definidas en un manual para la detección de diagnósticos psicológicos y psiquiátricos; en este caso son las siguientes:

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  • Sentimientos de grandeza, exagerar logros y considerarse superior al resto.
  • Están absortos en su fantasía de éxito, de ser brillante, de belleza o de amor ilimitado.
  • Creen que son personas especiales o únicas y solo pueden ser comprendidas por quienes perciben con un funcionamiento similar a nivel cognitivo o social.
  • Tiene una necesidad excesiva de ser admirado/a.
  • Expectativas no razonables de recibir tratos favorables con relación a los demás.
  • Suele explotar mucho sus relaciones interpersonales. Se aprovecha de los demás para fines propios, son muy demandantes y posesivos.
  • Carece de empatía, no está dispuesto/a a reconocer sus errores ni a identificar sentimientos o necesidades de otro.
  • Envidia a los demás o tiende a pensar que el resto envidia de él/ella.
  • Tiene comportamientos arrogantes o de superioridad.
Los narcisistas tienden a creerse superiores. Foto: shutterstock

“Para su detección, aparte de cumplir con esta lista hay que hacer un proceso exhaustivo tanto de entrevista clínica como evaluaciones”, detalla.

Según el psicoterapeuta César Valcárcel, la observación es vital para empezar a determinar si un ser querido padece de este trastorno. “Notaremos su preferencia hacia sí mismo, una ausencia de responsabilidad afectiva, ellos dicen ‘tú te sientes mal por lo que tú quieres, pero yo soy así y a mí no me importa’”, comenta.

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El narcisista ha sufrido, es un hecho. “Como familiar hay que darse cuenta de dónde nace este trauma. Lo mismo sucede con sus parejas, quienes más sufren, porque es desgastante, consumidor, quebranta el amor propio, autoestima, sentimientos de autovalidación hasta el punto de dejarlos en cero”, explica el médico.

Sin embargo, las personas que están con un narcisista tienden a querer complacerlos porque sienten que no cumplen con las exigencias del sujeto. Es así como este trastorno afecta también psicológicamente a quienes quieren y se preocupan de esta persona.

El narcisista no se aísla, más bien genera vínculos para conseguir sus objetivos, sin desarrollar sentimientos. Puede tener una relación con alguien sin llegar a quererla/o.

Valcárcel explica que una persona narcisista es muy peligrosa “en el sentido de que menoscaba el amor propio, va a querer siempre estar por encima de amistades, compañeros y todo su círculo”.

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Es importante identificar a estas personas para poder mantener una distancia afectiva necesaria. Muchas personas lo confunden con un “te ves mucho al espejo, eres narcisista”; pero eso es un rasgo, explica el guayaquileño, ya un trastorno de personalidad narcisista es una estructura mental, psíquica, que está programada para generar malestar a los demás y beneficio individual.

Cambiar, ¿es necesario?

En opinión del médico psiquiatra Eduardo Rivas Calderón, una persona narcisista no está obligada a cambiar, a menos que existan serios conflictos con otras personas que no pueda manejar. Entonces, explica, su fragilidad mental puede entrar en depresión grave o recurrente.

“Si esto impide su sensación de bienestar, podría ser el momento ideal para plantearle un cambio de rumbo en su vida. Es probable que estas personas hayan crecido en un ambiente donde cuando niños eran constantemente elogiados por sus padres o todo lo contrario, eran demasiado críticos con ellos y esto hizo que desarrollaran este trastorno de personalidad; de ahí que el enfoque psicodinámico ayudaría a comprender su posible complejo de inferioridad que según Adler, discípulo de Freud, decía que era la razón de toda neurosis”, comenta el especialista. “Dado que los pacientes con trastorno narcisista necesitan ser admirados, su autoestima depende de la consideración positiva de los demás y, por lo tanto, es por lo general muy frágil”.

¿Implica alguna alteración conductual o cerebral?

Según el portal web Psyciencia.com, el narcisismo patológico se relaciona con otros trastornos mentales, como la depresión, ansiedad, neuroticismo y falta de empatía. Un estudio realizado en China y dirigido por el investigador Yu Mao, quien analiza el grosor de la corteza cerebral y el narcisismo, en una muestra de 176 estudiantes universitarios a través de imágenes de resonancia magnética comparada con puntajes del inventario de narcisismo patológico, se encontró que el narcisismo patológico estaba asociado con la reducción del grosor y volumen de la corteza prefrontal dorsolateral, la cual juega un rol importante en el control de las funciones ejecutivas del cerebro y se relaciona con la desregulación emocional que presentan estos individuos.

¿Se debe tratar con medicamentos?

Según Rivas, los trastornos de personalidad no se tratan con medicamentos, a menos que el paciente presente algún otro tipo de trastorno mental, como ansiedad, depresión o un trastorno bipolar. Estos trastornos solo son susceptibles de realizarles psicoterapia, el trastorno narcisista de personalidad en sí, debido a su falta de empatía, no es sujeto de psicoterapia pues para el paciente es sumamente difícil reconocer sus errores y sus fallas debido a sus sentimientos de grandiosidad, su sentimiento de no tener ningún tipo de problema mental.

¿Con qué profesional se debe tratar esta condición?

El trastorno de personalidad narcisista puede afectar al 6,2 % de la población de los Estados Unidos, siendo más común en los hombres que en las mujeres. Este trastorno generalmente se trata con psicoterapia de corte psicoanalítico o psicodinámico. Las personas narcisistas al carecer de empatía probablemente no se enganchan con el psicoterapeuta o la psicoterapia ya que según ellos no tienen ningún defecto y no deberían cambiar nada de sí mismos.

Un enfoque cognitivo conductual también puede ayudar a estas personas. En fin, la psicoterapia puede ayudar a estos pacientes a aprender a relacionarse mejor con los demás. Rivas agrega que esto los puede ayudar a comprender sus emociones y el origen de su necesidad de ser elogiado, desconfiar de los demás y despreciar sus logros. Aprender a reconocer sus habilidades “reales” y aprender a trabajar en grupo, aumentar su capacidad de autocontrol, tener metas reales y alcanzables.

“No existen medicamentos para tratar el trastorno narcisista de la personalidad, pero como debe haber frecuentes depresiones, ya que es imposible cumplir con sus expectativas inalcanzables o síntomas de ansiedad, también se pueden presentar trastornos de alimentación, como anorexia nerviosa o consumo de sustancias ilícitas, en especial la cocaína que provoca síntomas de grandeza. Todas estas complicaciones son susceptibles de tratamiento médico psiquiátrico”, indica.