Una inmensa caja de juguetes para cualquier adulto podría considerarse como algo que se pueda desechar. Pero para un niño, aquella caja podría ser una guarida, un moderno transporte, un cuartel secreto, un portal multidimensional, o el cohete espacial en el que podría conquistar otros mundos. Sí, la caja seguirá siendo una caja, pero la mirada de los niños nos podría enseñar que existen muchas formas de asumir la realidad, dependiendo de la perspectiva con que la tomemos. Una de estas realidades que necesita ser enriquecida por esta visión es la de los desacuerdos.