¿No les ha pasado que hay momentos en los que pareciera que todo se estanca, que las cosas no salen como quisiéramos, que nuestras ideas se evaporan y los proyectos se paralizan? Esto se lo conoce como momentos de desierto, o más técnicamente hablando, de incertidumbre. Y, aunque no nos gusta sentirlo, es la antesala del crecimiento.











