Por décadas el imperio de explotación sexual que desencadenó Playboy pasó “desapercibido” por una sociedad que no cuestionó y solapó la cultura de las “conejitas”. Y ante la muerte de su creador, Hugh Hefner se conocen los abusos cometidos a cientos de integrantes que decidieron revelar el horror vivido al lado del magnate estadounidense.

La docuserie realizada por la cineasta Alexandra Dean y titulada “Secretos de Playboy” se estrena el 19 de junio en Latinoamérica, y recoge los testimonios de las mujeres que vivieron en la mansión del empresario y que representaron una red de violencia contra todas las que formaron parte de este negocio que se inició con la publicación de la revista.

La productora cuenta que entrevistó a más de 100 mujeres y fue cuando comenzó a darse cuenta de la pesadilla que encerró por años la mansión de Playboy y toda la organización que construyó un joven que se hizo millonario a cuesta de la explotación femenina, bajo engaños y manipulación.

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Los Secretos de Playboy” se estrena en Latinoamérica y sigue revelando los abusos sexuales

“Ahora podemos hablar porque Hugh Hefner está muerto”, es parte de unas declaraciones que se pueden escuchar en el documental de A&E “Secretos de Playboy”, a estrenarse en Latinoamérica el próximo 19 de junio a las 22 horas, detalla Infobae.

En una nueva entrevista realizada por el medio argentino a la cineasta Alexandra Deam, habla de la perversión construida alrededor de Playboy, en el entramage logrado por Hugh Hefner sobre las mujeres que captaba para trabajar en su emporio de entretenimiento para adultos.

La mujer explica cómo se armó toda la apariencia de la empresa del magnate, que representó para muchos y muchas, la libertad de expresión sexual en la década de los 50, cuando la mujer buscaba deslastrarse de la represión machista de la época.

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A la vuelta de los años, se sumaron los exclusivos clubes nocturnos y resorts vacacionales en donde se consentía la explotación femenina y las violaciones a manos de poderosos clientes masculinos, muchos de ellos, de la industria cinematográfica.

“Me di cuenta de que era como la frase sobre Las Vegas: lo que pasa en la mansión de Playboy, se queda en la mansión de Playboy. Se pensaba que era un ‘patio de recreos’ para adultos donde la gente realmente podía divertirse. Y en la medida en que eso era cierto, yo no tenía ningún problema con Playboy, si las personas se divierten consensualmente y se sienten libres”, explicó de sus vivencias al escuchar a las mujeres con las que logró conversar y grabar sus testimonios.

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Agregó que muchos no entendían ni querían saber lo que realmente pasaba dentro de la organización. “Pero el problema es que estaban destruyendo a la gente, y solo había ciertas personas que la estaban pasando muy bien, mientras que otras estaban siendo tratadas como animales. Por eso, a veces uno no tiene más remedio que reventar la hermosa burbuja para mostrar lo que pasa en su interior”, dijo Deam.

La productora cinematográfica sostiene que Hugh Hefner justificó toda la sexualización de la mujer como “empoderamiento femenino”.

“Creo que Playboy sigue siendo un símbolo de liberación sexual. Todavía ves a las mujeres usar el conejito para simbolizar que se sienten libres en un sentido sexual. Y creo que la razón por la que Playboy se mantuvo tan poderoso durante tanto tiempo es porque nosotros, como cultura, necesitábamos un poco de liberación”, analizó Alexandra Deam.

El documental retrata todo el sufrimiento de las cientos de mujeres que habitaron la mansión de Playboy, mediante las entrevistas exclusivas e imágenes de archivo recolectadas por la productora.

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Y uno de esos testimonios está resaltado en la voz de Miki García, ex Playmate y directora de Playmate Promotions entre los años 1973 y 1982.

La ejecutiva calificó el mundo de Hugh Hefner como una secta, al desvelar cómo se inició en la empresa. Al poco tiempo de entrar la convencieron de hacer posados desnudos para la revista, pese a que al principio dijo no, lo que le trajo problemas en su familia en su juventud.

García cuenta en el documental cómo tuvo que acostarse con Hefner, tras insistir en meterla en su cama, aclarando que accedió después de negarse tres veces, pero que “él no la forzó”.

Sin embargo, no todo fue color rosa para ella. Confesó que fue violada en uno de los eventos promocionales de Playboy, por un actor muy reconocido de la época. Siempre calló, al conocer el poder que se jugaba en el mundo donde estaba.

Miki García, reflexiona y dice que el tiempo y el poder contar el lado oscuro que vivió siendo parte de esa empresa, le ha permitido sanar. “Puedo mirarme a mí misma de una manera más suave porque durante muchos años me sentí responsable y me preocupé de que tal vez no hice lo suficiente”. (E)

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