Luciendo un sombrero y una guayabera sale presuroso a nuestro encuentro. Él es Pablo Sánchez, un hombre de hablar pausado, sin poses, humilde, pero sobre todo muy trabajador. Lo refleja su negocio, Productos manabitas Don Pablo, un emprendimiento familiar que empezó hace casi cinco años, luego que él fuera despedido de la empresa donde laboraba. Actualmente tienen dos locales, el principal ubicado en Cañar entre Chile y Chimborazo y el otro en el Guasmo sur (cooperativa Derecho de los Pobres, av. Cacique Tomalá, como que va al hospital del Guasmo), atendido por su esposa.