La palabra quijote se registró en el uso de España en 1335 con la forma «quixote», que fue empleada en 1605 (casi tres siglos después) por Miguel de Cervantes, en su novela «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha».

Quijote se originó del catalán «cuixot» (muslo), que a su vez se derivó del latín «coxa» (cadera -con el sentido de armadura-).

La esquina del idioma: Viajemos hasta los orígenes de la palabra idioma

Tiene dos entradas en el «Diccionario de la lengua española». La primera se refiere a una ‘pieza del arnés destinada a cubrir el muslo’. La segunda alude a don Quijote de la Mancha, con los sentidos de ‘héroe cervantino que antepone sus ideales a su conveniencia y actúa de forma desinteresada y comprometida en defensa de las causas que considera justas’; ‘hombre alto, flaco y grave, cuyo aspecto y carácter hacen recordar al héroe cervantino’.

En la familia léxica de quijote están quijotada y quijotería, que apuntan a la forma de actuar de un quijote. Asimismo consta el adjetivo quijotesco, que denota que una persona tiene semejanza con don Quijote, por sus acciones o por su figura.

También está quijotesa, que se refiere a una mujer que tiene las cualidades morales de un quijote. Quijotismo, que es la exageración en los sentimientos caballerosos; engreimiento, orgullo. Quijotescamente, que es actuar con quijotismo. Quijotil, que se relaciona con el comportamiento y el físico de un quijote. Quijotizar, que es dar características quijotescas a alguien. Quijotización, que es la acción de quijotizar o quijotizarse. (F)

FUENTES: Diccionario de la lengua española (versión en línea) y Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, de la Real Academia Española; Diccionari Català-Castellà (2001), de Francesc de B. Moll; Diccionario general etimológico de la lengua española (1889) de Eduardo de Echegaray y José María Faquineto (editor).