Una vez formado, el hábito se convierte en parte de la naturaleza misma de la persona.
Un líder que es consciente de sus propios límites está abierto y valora la retroalimentación de sus colaboradores.
Este es el título del libro escrito por Adolfo Ramírez Morales, quien describe los desafíos de la digitalización como una nueva forma de entender y transformar la realidad.
La cultura organizacional actual enfatiza la efectividad con base en la resolución inmediata de problemas. Si bien es comprensible la expectativa de actuar con prontitud, existen situaciones que ameritan un análisis más profundo, así como la comprensión y asimilación de los criterios para lograr la alineación del equipo.
Así como el cuerpo enferma cuando asimila sustancias tóxicas, de igual forma existen ciertas relaciones interpersonales en el mundo laboral que resultan nocivas.
El entorno laboral es cada vez más competitivo y la presión por resultados puede ser agobiante.
Es común encontrar en el mundo laboral cierta frustración ante expectativas o metas que parecen inalcanzables para los trabajadores.
El estilo de liderazgo basado en la fuerza muestra ser cada vez menos eficaz, especialmente en un entorno donde las nuevas generaciones cuestionan el modelo tradicional de autoridad, valorando más la escucha y apertura en sus jefes.
Muchos estilos de liderazgo se sustentan en la persuasión, pero muy pocos líderes son capaces de realmente entender a las personas a su cargo y sintonizar con sus necesidades.
En el mundo empresarial pueden darse estilos de liderazgo con sesgos mesiánicos en los que la dinámica organizacional gire en torno a una persona que se considera a sí misma ‘salvadora’.
Existen diversos estilos de trabajo según la manera preponderante en que la persona se aproxima a la realidad.
El estrés laboral (conocido como burnout) es un asunto importante para tomar en cuenta en el mundo empresarial.