A usted que va a ganar la venidera elección presidencial le pido –como parte de su pueblo– que comience y termine su periodo, sin atrasos ni interrupciones abruptas, pero tampoco sin prolongaciones indefinidas. Por favor no caiga en la tentación de buscar ser nuestro eterno presidente, como lo quiso ser Fidel Castro para Cuba, solo para terminar recordando a su final que lo único inmortal es la muerte. La alternabilidad es para la democracia lo que es la sal para el mar, sin ella no sabe igual. El voto popular no es escudo ni argumento para sustentar las perpetuas reelecciones. El poder, los medios y las herramientas con las que cuenta cualquier presidente de una nación durante su mandato, le brinda una ventaja inmerecida e injusta ante una nueva contienda electoral. En sus relaciones con otros países, no tenga compadrazgos ni prejuicios sino socios y clientes.
Recuerde que lo habremos elegido no para que salve al mundo sino para que rescate al Ecuador. Mire a todos los países por igual, con la única intención de generar relaciones internacionales que promuevan el bienestar a los pueblos que las conformen, y principalmente que en la práctica generen inversiones y empleo en nuestro país. Trate a la empresa privada con veneración, será su aliada en la dignificación de su pueblo, y le ayudará a financiar sus obras por medio de sus pagos al fisco.
El pueblo no quiere regalos que humillen, sino trabajo que dignifique. La mejor manera de distribuir riqueza es dándole las facilidades a las empresas para que la puedan generar, para luego repartirla por las leyes existentes de repartición de utilidades y pagos de impuestos. El éxito individual de los emprendedores será su éxito como gobierno. Venere así mismo el medioambiente, véalo como el hogar en el cual todos vivimos. Todo lo que hagamos dentro de él, deberá ser realizado con respeto y asegurando su sustentación. Rodee su gobierno de gente que haya generado en su pasado privado, de una manera honrada y proba, empleo y bienestar económico. Si su gobierno tiene más docentes que empresarios, será un gobierno más teórico que práctico. Enfoque la labor del Estado en las áreas de la educación, la salud y la infraestructura necesaria para trabajar. Si logra destacarse en esas tres áreas, y al mismo tiempo brindar libertades para el progreso individual, habrá hecho un trabajo excepcional. Deje tranquilo viejos íconos, retratos e imágenes de revoluciones del pasado. La mayor parte de su pueblo está ansiosos por saber qué es lo que usted es capaz de hacer por su pueblo. Recurrir permanentemente a un personaje del pasado para poder sustentar un discurso en el presente es simplemente no tener claro cómo enfrentar el futuro. Promueva la riqueza, no la combata. Solo en la pobreza absoluta se puede vivir sin ricos, y si lo que usted quiere para nuestro país es riqueza, deberá aprender a vivir también con su derivado natural que son los ricos. Y por último, señor candidato presidencial, si usted quiere pasar a la historia como el Presidente desinteresado de poder, verdaderamente revolucionario e íntegramente entregado al progreso de su gente, proponga una enmienda constitucional que haga posible cuanto antes el voto facultativo. El voto obligatorio es una herramienta de demagogia descarnada, no la siga permitiendo. Le deseo lo mejor cuando triunfe en la venidera elección, su éxito es el nuestro, y viceversa.