Hace poco me causó curiosidad observar en unos de los postes de la ciudad de Quito, unos papeles pegados con engrudo, como aquellos que acostumbran colocar nuestros inefables políticos, una leyenda que decía más o menos: “Limpiamos su récord policial. Barato. Rápido. Llame a los teléfonos... Atención esmerada”.

Ahora que han sonado casos como de aquel ciudadano ecuatoriano que viajó a España, una vez que “limpió” su récord policial en el Ecuador y produjo una muerte en España, recuerdo esa propaganda aparentemente inofensiva.
Pero la prensa internacional nos alerta, que el ciudadano de marras, es nada menos que el Monstruo de Machala, que asesinó a mucha gente, y que por esas cosas que solo suceden en la “Banana Republic”, se da el caso de que ­hasta- exportamos criminales.

He investigado las fuentes de este desaguisado. En el Registro Oficial Nº 368, del 13 de julio de 2001, se publica el Decreto Ejecutivo 1651, en el que consta el Reglamento de la Policía Judicial, y en este cuerpo normativo, las funciones del Archivo Central y/o Provincial.

Dice así: Art. 101.- “Son funciones del Archivo Central Nacional y/o Provincial: 7. Conferir los certificados de antecedentes personales, de conformidad con el reglamento respectivo”.

El Art. 103 expresa: “Corresponde al Centro de Cómputo del Archivo Central Nacional y/o Provincial: 9. Procesar las cancelaciones de antecedentes personales cuando la persona afectada lo requiera, previo el estudio e informe de las autoridades judiciales que conocieron los respectivos casos. Las cancelaciones se harán: a.- Cuando se haya cumplido la pena en un centro de rehabilitación; b.- Cuando la pena se haya declarado prescrita; y, c.- Cuando haya transcurrido el tiempo igual o mayor al determinado en el Código Penal, y se considere prescrita la pena”.

El reglamento es claro. Al parecer lo que está sucediendo en el Ecuador es la mala aplicación de este reglamento, pues no se explica que un delincuente, luego de pagar sus penas, no conste en los registros policiales, lo cual deja en mal predicamento a nuestra institución policial y a aquellos policías responsables de estas oficinas.

Si estas “benditas” cancelaciones se hacen a diestra y siniestra, es muy probable que en el Ecuador circulen ciudadanos y ciudadanas sin mácula, pero con tenebrosos antecedentes.

Hay que reconocer, sin embargo, que todas las personas tienen derecho a rehabilitarse, a integrarse a la sociedad, pero de ahí a abusar de esta garantía para engañar a la sociedad, a las autoridades y a las leyes, existe una gran diferencia.

Sería interesante conocer, a través de la Policía, cuántos delincuentes han sido “limpiados” desde el 2001, cuántos están en trámite, y si es seguro el sistema que aplica actualmente, con el objetivo de brindar seguridad verdadera al Ecuador.

Es urgente entonces una evaluación objetiva de las “cancelaciones”, tal vez la supresión de los artículos transcritos o crear un nuevo sistema de registro, porque nuestra sociedad requiere protección y no desamparo.

¿Desea “limpiar” su récord policial?