El fotógrafo Paul Nicklen y el grupo de conservación Sea Legacy encontraron una escena desgarradora cuando llegaron a las islas Baffin, en el ártico canadiense: un oso polar muerto de hambre en una tierra sin hielo. Así inicia una publicación del 7 de diciembre en National Geographic.

La revista describe que Nicklen, un biólogo convertido en fotógrafo de la vida salvaje que creció en el extremo norte de Canadá y ha visto más de 3.000 osos, se quedó filmando la escena mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

El video muestra a un oso polar huesudo, lánguido, buscando comida entre tachos de basura cercanos a un estacionamiento de pescadores. El animal arrastra una de sus patas, probablemente por atrofia muscular debido a su desnutrición, detalla la publicación. El oso no encuentra nada y se desploma en el suelo sin hielo.

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Nicklen publicó las fotografías y el público insistió en una pregunta: ¿Por qué no internivo? El biólogo y fotógrafo respondió que él no camina con una pistola tranquilizadora de 400 libras ni con 400 libras de carne de foca, el alimento tradicional de los osos polares.

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Para satisfacer al público que ignora las características de la vida salvaje, a su explicación añadió que en Canadá es ilegal alimentar a los osos polares salvajes e incluso si le lanzara cientos de libras de alimento, eso solo prolongaría la miseria del animal ya que el verdadero problema es que su hábitat se destruye y no son capaces de encontrar comida.

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"Cuando los científicos dicen que los osos se están extinguiendo, quiero que la gente se dé cuenta cómo esto ocurre. Los osos morirán de hambre y así es como se ve un oso muerto de hambre", cita la revista al fotógrafo y biólogo.

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Los osos polares son los primeros en sentir el impacto del calentamiento global y el aumento del nivel del mar. Es común que ellos pasen meses sin comer mientras esperan que se solidifique el hielo de Ártico y esa espera cada vez se vuelve más larga, explica la publicación.

Con estas imágenes desgarradoras, el fotógrafo, la revista y la comunidad científica insiste en el fatal impacto del derretimiento del hielo marino, del cambio climático... una amenaza para los osos polares y para todas las especies que habitamos este planeta. (I)