Militares y policías vigilan barrios del cantón Durán (Guayas) por el incremento de la delincuencia, ante la declaratoria de estado de excepción en tres provincias de Ecuador: Guayas, Manabí y Esmeraldas.  FOTO Jorge Guzmán / EL UNIVERSO. Foto: El Universo


Mientras ciudadanos enfrenten a diario asaltos a mano armada con disparos, secuestros, muertes de seres queridos cometidos por delincuentes, no podrán asegurar que funciona la seguridad.


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Arturo Guevara G.

Teóricamente, está bien que los cuerpos de seguridad del Estado se pongan de acuerdo y trabajen conjuntamente para disminuir y tratar de erradicar la delincuencia que tanto mal ocasiona al Ecuador. Pero en la práctica hay una brecha muy grande con el discurso del presidente Lasso. Basta con salir en las noches o madrugadas por cualquier ciudad y observa que a esa hora Ecuador es tierra de nadie; y si eso pasa en las grandes ciudades, imaginémonos en recintos lo que está pasando.

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El papel de la Policía es totalmente pasivo, la delincuencia está en aumento, en parte porque existen miembros que no son gente de combate, tienen miedo de enfrentarse y capturar a tanto delincuente. Un ejemplo es el decomiso de drogas, que dicen que han detectado sus unidades de inteligencia, pero cuando llegan solo encuentran la droga, no hay ningún aprehendido. El Gobierno debe hacer una reestructuración de las leyes y un cambio de mentalidad de los encargados de la justicia. Hacerles ver que se debe combatir con firmeza y decisión la delincuencia y la corrupción, sin contemplaciones ni miedo. Saber seleccionar al personal idóneo en instituciones militares, policiales, gubernamentales..., y operadores de justicia con el fin de sacar adelante a Ecuador. (O)


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Esteban Gordillo

Agradecemos la intención del estado de excepción y de los operativos militares y policiales en Guayas, Manabí y Esmeraldas por la inseguridad, pero no vemos resultado porque todos los días asaltan, asesinan, en el país.

El pueblo exige el uso de la fuerza contra la delincuencia, sin contemplaciones, exterminar de raíz una lacra que ha corrompido al Ecuador, está metida dentro de poderes y funciones del Estado, de las fuerzas del orden; tiene respaldo de personas que le cuidan las espaldas. El señor Lasso solo viaja, firma acuerdos comerciales y dice que está controlada la delincuencia, empero no para los ciudadanos víctimas de robos dentro de bancos, de disparos en asaltos, que no tienen custodios 24 horas del día, casas con equipos de seguridad, vehículos blindados como tiene un presidente. (O)

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Dora Jiménez

El día que no asesinen, no nos asalten, diré que el presidente hizo algo por nuestra seguridad. (O)



José Ortoneda

La intención es buena y valiosa desde todos los puntos de vista.

No debería ser mediante un estado de excepción temporal, sino un compromiso a largo plazo de todas las autoridades relacionadas con el combate al delito, la violencia, la corrupción, etc., junto a la aplicación de una cultura de respeto y de amor por la vida que debería iniciarse en los hogares, continuar en las escuelas, los colegios, las universidades, las Fuerzas Armadas y los centros de rehabilitación; con la enseñanza de valores morales, éticos de la época; sociales y cívicos, así como también religiosos, que sin lugar a dudas van a influir en la educación y capacitación de una nueva sociedad ecuatoriana. (O)