El ausentismo en la consulta popular del 21 de abril pasado se constituyó en el más alto de los últimos diez años de procesos electorales en el Ecuador.

La votación es obligatoria y un derecho de los ecuatorianos mayores de 18 años. Resulta grave que por diversas razones no acudan a las urnas, como pasó con el 28 % de los 13′654.291 personas que estaban habilitadas para el sufragio en la jornada democrática más reciente. Corresponde al Consejo Nacional Electoral (CNE) realizar las gestiones necesarias para promover la presencia en las urnas.

Unos 70.000 cambios de domicilio a cinco días de que el Consejo Nacional Electoral cierre el plazo

Entre los factores que pueden incidir en el ausentismo están el voto facultativo (empadronados entre 16 y 17 años y mayores de 64 años), la migración de ecuatorianos al exterior, la apatía, el no registro de cambios de domicilio y hasta posibles deficiencias del registro electoral.

Publicidad

Para subsanar los dos últimos ítems, los ciudadanos y los miembros del CNE deben activarse. Por el lado del Consejo Nacional Electoral corre hasta el sábado 11 de mayo el periodo de cambio de domicilio que deben hacer las personas que han movido su residencia a otra ciudad. La gestión es gratuita, pero si se tienen multas electorales, hay que pagarlas antes.

Esto es lo que se viene en el calendario de los comicios generales del 2025

Los ciudadanos que tienen dificultades para viajar en elecciones deben hacer el cambio de domicilio. El CNE, en tanto, es responsable de que todos los registros aparezcan y no haya inconsistencias en el padrón.

La apatía también debe ser combatida por el CNE, con información frecuente respecto a los procesos electorales. Aunque el tema de las multas es un punto a exponer, es imprescindible que los ciudadanos valoren el ejercicio de la votación que les da el poder de decisión.

Publicidad

El cerebro de los electores

Aunque las próximas elecciones presidenciales están previstas para febrero de 2025, la autoridad electoral tiene que velar porque se cumpla sin alteraciones la agenda electoral e involucrar no solo a políticos, sino a la población en el desarrollo de la misma y trabajar para que no se vuelva a lamentar un alto ausentismo. (O)