El interés de la ciudadanía por adquirir una vivienda se hace evidente con la alta visita a proyectos urbanísticos los fines de semana. En abril de 2024 el presidente Daniel Noboa reconoció un déficit de 650.000 unidades en el Ecuador.
El 24 de mayo pasado, en su posesión para un periodo de cuatro años, el mandatario ofreció construir 200.000 soluciones habitacionales.
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El crecimiento de la venta de viviendas sería testimonio de una mejoría en la economía local. No hay créditos para hipotecas, que es para la gran mayoría el camino de compra, sin salud financiera doméstica traducida en empleo. A todo este conjunto debe apuntar el Gobierno para el éxito de los planes urbanísticos y por tal meta de las familias de una casa propia.
En 2024, según datos publicados el 13 de junio de 2025 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, los Gobiernos Autónomos Descentralizados del país emitieron permisos para la construcción de 32.253 edificaciones que representó 4,4 % más que en 2023.
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Sin embargo, en viviendas hubo una disminución de 1,2 %, pues de 41.742 en 2023 se pasó a 41.230 en 2024.
El crecimiento económico a finales del 2025 podría ser de 2,8 % ratificó optimista el gerente del Banco Central del Ecuador (BCE), Guillermo Avellán, el pasado 19 de junio, tras asegurar una recuperación en el primer trimestre de 2025, mostrando un crecimiento del 3 % en comparación con igual periodo de 2024, con base en el Índice de Actividad Económica Mensual.
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La recuperación de la economía no se basa en optimismo sino una estrategia que el Gobierno debe mantener y mejorar. La reducción de índices de seguridad es clave, igual que la inversión, apertura comercial y crecimiento de exportaciones que han sido mencionadas por el BCE.
La meta de adquirir una vivienda debe estar apuntalada por la economía y en eso el compromiso del Gobierno tiene que ser firme, tanto en crecimiento de actividades como en seguridad financiera y de seriedad a nivel de constructoras. (O)