Ecuador está próximo a atravesar uno de los fenómenos naturales que más daño a nivel estructural, económico y productivo ha causado al país, y que se denomina fenómeno de El Niño. Los últimos eventos de esta naturaleza se dieron en los años 1982-1983 y 1997-1998. Los daños totales originados por El Niño 1997-98 ascendieron a 2.882 millones de dólares, incluyendo daños directos por valor de 846 millones de dólares (29 % del total), y daños o pérdidas indirectas por 2.036 millones adicionales (71 %). Según se desprende de los resultados analizados en varias publicaciones, la composición del daño causado produjo elevadas pérdidas de producción y generó mayores costos para la prestación de servicios de transporte, agua y otros rubros. Fueron entonces los sectores productivos los que resultaron más afectados (53 % del total) debido a que las inundaciones dañaron la producción agrícola principalmente (41 %).

Urge proteger los puertos por El Niño

Los daños en el transporte, especialmente en los caminos y puentes, fueron los segundos en importancia (28 %), e incluyen tanto destrucción y daño en la infraestructura como mayores costes en el transporte de personas y carga. El análisis de las cifras anteriores revela algunos puntos interesantes. En primer lugar, el daño ocasionado por el fenómeno reciente es casi el triple del originado por El Niño de 1982-83. Con la excepción de la pesca, que pudo adaptarse a las circunstancias, todos los demás sectores sufrieron daños mucho más elevados. Entre las razones para lo anterior, y sin entrar en detalles sobre los casos sectoriales específicos, cabe apuntar el hecho de que el fenómeno de 1997-98 fue de características más intensas.

Decreto ley por fenómeno de El Niño será para usar maquinaria incautada y facilitarla a provincias y cantones

(...) se debería fomentar la replanificación de importaciones, el despacho de alimentos y la producción del sector agrícola...

Cabe también señalar que el deterioro del medio ambiente que se ha producido en las cuencas de la costa ecuatoriana debido a las intervenciones humanas es muy elevado y seguramente contribuyó a magnificar los daños. El mismo es un dato relevante a tomar en consideración para el fenómeno de El Niño que se dará en el 2023-2024. El monto total de los daños producidos en 1997-98 representan cerca del 15 % del producto interno bruto (PIB) del país en 1997, en tanto que la producción perdida equivale a alrededor del 9,5 % del PIB. A consecuencia de los daños del fenómeno, tanto directos como indirectos, se produjo merma en los sectores productivos que repercutió en un decrecimiento del PIB en 1,2 puntos porcentuales en el año venidero.

El Niño

Con estos antecedentes el presidente Guillermo Lasso firma el decreto 784, que sirve de base para la inversión en obras de mitigación y prevención. No obstante, es importante destacar que la ciudadanía debe tener un canal directo de comunicación para poder prepararse de manera adecuada para el fenómeno. Los ciudadanos comunes no tienen idea de la incidencia que podría tener el fenómeno no solo a nivel físico, sino a nivel de afección económica, por ejemplo, se debería fomentar la replanificación de importaciones, el despacho de alimentos y la producción del sector agrícola mediante enmiendas que permitan apalancar los sectores en los meses en los que la producción disminuirá. El Niño es más que inundaciones, lluvias y deslaves. (O)