No cesará el riesgo de males a los cultivos, varios extrapolados al medio ecuatoriano desde lejanos continentes. Así aconteció con la fusariosis raza tropical 4, impropiamente denominada mal de Panamá, se popularizó con ese nombre por la modalidad 1 con alto impacto en ese país y otras regiones donde prosperó el banano Gros Michel, diferente de la actual que tuvo su origen en el sudeste asiático y de allí se dispersó a todas las áreas tropicales del mundo. Como es sabido, esa afección no tiene sanación ni control por los medios convencionales biológicos o químicos.

El Dr. Randy C. Ploetz, afamado científico especializado en patología vegetal, al retirarse de la Universidad de Miami para acogerse a la jubilación, quien es un profundo conocedor de la realidad nacional, expresó categóricamente que la única solución al devastador patógeno es obtener una variedad resistente que, por la naturaleza de las musáceas, solo sería posible a través de mecanismos de manipulación genética que tienden a ser aceptados en todo el mundo, en particular la edición de genes cuyo prestigio avanza vertiginosamente permitiendo que los tipos de banano Cavendish conserven sus bondades productivas o las mejoren en beneficio de una mayor productividad y aceptación comercial.

Se ha insistido que Ecuador inicie el largo camino hasta lograr un tipo de banano inmune a tantas dolencias, incluyendo sigatoka negra, siendo esperanzador el anuncio del presidente Lasso en su mensaje de mayo último al afirmar que se trabajará hasta disponer dentro de poco tiempo de variedades resistentes a R4T, tanto de banano como de plátano; la administración anterior del Ministerio de Agricultura adoptó acertadas medidas técnicas y financieras que haría realidad la aspiración del primer mandatario, pero llamó la atención, por decir lo menos, que el nuevo directorio de INIAP, organismo encargado de asumir la responsabilidad de lograr la anhelada línea, haya removido de su cargo al director ejecutivo recién seleccionado, un reconocido especialista en ese campo con formación en el exterior, singularmente preparado para esa finalidad.

Aspiramos a que ese lamentable hecho no signifique un retroceso al sentido objetivo, fundamental para que Ecuador mantenga su hegemonía exportadora, acreciente su soberanía en la provisión de materiales de multiplicación vegetal, hasta ahora dependiente de lo que hagan naciones competidoras, tanto que se han adelantado en el mejoramiento de musáceas, teniendo como ejemplo efectivo Colombia, Costa Rica, Australia y Filipinas, no se diga del avance de multinacionales con investigaciones en el Reino Unido y EE.UU., fortificando su presencia protagónica.

El país no debe reducir sus cifras de exportación como consecuencia de costosas patologías y esforzarse por alcanzar un peso decidor en la provisión de elementos meristemáticos, idóneos para el remozamiento de plantíos, algunos ya mostrando decadencia porque no se han remplazado con materiales puros, libres de virus por escape, acciones que deben ser política permanente que no se modifique con la mera designación de ministros, más observable en un mismo gobierno. (O)