El miércoles Latinoamérica sufrió otro golpe a su democracia, el Congreso peruano destituyó al presidente Pedro Castillo, luego de que él lo disolviera. Desde su elección en julio del 2021, el expresidente Castillo tuvo un inicio complicado, infundiendo mucho temor a la ciudadanía peruana y especialmente al sector empresarial y exportador, quienes se podrían haber visto afectados directamente por las reformas constitucionales y tributarias.

Perú ha tenido el crecimiento económico más importante de la región en los últimos quince años, ¿cómo lo logró? Pues, el gobierno creó una serie de herramientas para impulsar el sector agrícola, agroindustrial, comercial y exportador, como el drawback. Este tipo de incentivos permitió que Perú se posicione como el mayor exportador de aguacates de la región, superando a México. Así también, ha sobrepasado a potencias como Chile en exportación de ciertas frutas. Es decir, sus políticas públicas han dado resultado en un mediano-largo plazo.

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¿Qué hizo Castillo con todas estas políticas públicas? Desde el inicio de su mandato amenazó al sector empresarial con derogar algunas y reformar otras, siempre en menoscabo del sector, lo que causó rechazo y falta de seguridad jurídica para los inversionistas locales e internacionales. De la misma manera ocurrió con las instituciones públicas, ya que antes de Castillo, Perú gozaba de discrecionalidad mínima dentro de sus procesos administrativos, lo que generaba seguridad jurídica a los inversionistas y, en general, al sector empresarial. Eso permitió que Perú acapare un nivel de inversionistas nunca antes visto en el país, lo que permitió generar empleos, crear nuevas industrias, aportar valor agregado a sus productos agrícolas y establecer un sector exportador potente a nivel internacional.

El pecado más grande de Castillo durante su corto mandato fue alienarse de los pedidos de los sectores empresariales y exportadores para que el gobierno emplee políticas públicas que permitan al país reactivar su economía luego de la pandemia, pero las súplicas no fueron escuchadas, por el contrario, fueron completamente ignoradas a todo nivel.

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Castillo hizo de lado los pedidos del sector exportador que se vio muy afectado por la pandemia y, de manera colateral, de la guerra entre Rusia y Ucrania. La ciudadanía peruana clamaba por mantener los precios de los productos básicos y el sector turístico tuvo un golpe muy fuerte por la emergencia sanitaria, por lo que requería incentivos y apoyo gubernamental.

Si bien Perú tuvo un crecimiento del 13 % en el año 2021, no tiene un impacto directo con las acciones puntuales del gobierno de Castillo, mientras que el 2022 no ha sido el año que el sector empresarial peruano esperaba en crecimiento económico, generación de empleo y reactivación.

Es necesario denotar que, si bien Castillo planteó en su campaña crear políticas públicas para erradicar la pobreza y cerrar la brecha salarial, es importante entender que confrontar con el sector empresarial y exportador no es la vía, ellos son un aliado estratégico del Ejecutivo porque ayudan a generar empleos y a reactivar la economía, lo cual es tan necesario dada la globalización que vivimos todos los países de la región. (O)