La prueba más visible del fracaso de la llamada revolución ciudadana es el Ecuador de hoy, plagado con sobresaltos e incertidumbres en todos los niveles imaginables de la vida social. La crisis que está afectándonos como país no es de hoy ni empezó con el gobierno de Lenín Moreno, menos aún con el de Guillermo Lasso. La erosión del Estado, provocada por el endeudamiento y el despilfarro, se profundizó con el gobierno de Rafael Correa, que tuvo la posibilidad, lamentablemente desperdiciada, de enrumbar al país por un camino de estabilidad y progreso, pues gozó de las ventajas de la bonanza económica y del dominio político.

¿Para qué sirvieron los 10 años del correísmo? A pesar de las obras de infraestructura que aún quedan de esa etapa, el correísmo terminó desperdiciando el capital político y simbólico que alcanzó a erigir, pues implantó un modelo basado en unas prácticas antidemocráticas y corruptas que hicieron del Estado un aparato de poder personal, de interés partidista, sometido a los requerimientos de los deseos –¿delirios?– de Correa, no siempre ajustados a la legalidad. De otra parte, a base de propaganda mentirosa y distorsión de los hechos, ha intentado imponer su relato triunfalista de la ‘década ganada’.

El correísmo, un movimiento camino a la extinción: el análisis que hace el politólogo Simón Pachano en su libro ‘La utopía reaccionaria’

Pero como lo demuestran las periodistas Mónica Almeida y Ana Karina López en el libro La revolución malograda: el correato por dentro (Bogotá, Planeta, 2023), también el correísmo fue una ‘década robada’ y una ‘década desperdiciada’. Los ecuatorianos debemos leer este balance que sistematiza cómo los varios gobiernos de Correa fueron aniquilando las instituciones de la democracia para crear un mando personalista de corte autoritario y peligroso. Por su carácter divulgativo y por estar muy bien escrito y estructurado, este libro es decisivo para la educación de quienes buscan un análisis informado sobre el correísmo.

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La prueba más visible del fracaso de la llamada revolución ciudadana es el Ecuador de hoy...

El contenido de este libro puede ahora parecer increíble por cómo Correa manipuló las instituciones militares, por los chuecos tejemanejes con que se aprobó la Constitución de Montecristi, por el cuento del choque de lo burgués con lo revolucionario, por la facilidad con que el narcotráfico de las FARC operó en el país, por las muertes de los críticos al régimen, por la mentira y la propaganda como dispositivos para controlar la sociedad, por la irresponsabilidad en el manejo del dinero público, por la diplomacia ecuatoriana desvirtuada con ideologías izquierdistas, por los escasos avances duraderos en educación y en nutrición infantil.

También se expone cómo Julian Assange erosionó nuestra credibilidad internacional y las consecuencias del escandaloso caso Odebrecht. Como lo hicieron con la biografía no autorizada El séptimo Rafael (2017), las escritoras de La revolución malograda cuestionan por qué los ecuatorianos permitimos que el correísmo destruyera las bases de una convivencia social, económica, cultural y política más civilizadas. Las líneas finales son: “el correato se inscribirá en la historia como una oportunidad desperdiciada. El anhelo de Rafael Correa de llevar a Ecuador hacia el desarrollo no se cumplió a pesar de que tenía todo a su favor”. (O)