A los esmeraldeños les toca defenderse con intensidad y fiereza o esconderse y huir. Otra opción, menos probable, es que el Estado logre rescatar a esa provincia fronteriza tomada por bandas delictivas con la anuencia de muchos lugareños.

No es desconocido que el tráfico de drogas y la presencia de grupos irregulares armados fueron haciendo escuela, que la clientela de los negocios componen esos perfiles. ¡Y cómo no venderles provisiones o comerciar con quienes portan dinero! ¿Qué opciones tiene una población con ingresos mínimos, donde el desarrollo no asoma; son ciudades y poblados casi olvidados donde los servicios son deficientes cuando los hay, y hasta el turismo decae por el creciente nivel de muertes y extorsión que pinta a esas zonas como muy peligrosas y hasta obliga a cerrar los negocios al mediodía, a suspender clases y a pensar en volver al teletrabajo a quienes tienen un empleo.

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Recuperar el control de Esmeraldas

Las personas solemos dividir nuestro enfoque sobre realidades que no tenemos muy cercanas dependiendo del momento que vivimos. Si pensamos en vacacionar nos acordamos de destinos como Mompiche, Tonsupa, Same, Súa, Las Palmas. ¿El resto del tiempo siquiera imaginamos cómo es la vida en los cantones Atacames, Eloy Alfaro, Esmeraldas (capital de la provincia), Muisne, Quinindé, Rioverde y San Lorenzo?

Una serie de amenazas trascienden las fronteras físicas de los países, y en lo que respecta a Ecuador, el tráfico de la droga es una tenaza norte-sur con salida por incontables puntos del perfil costero. Un paso terrestre obligado es la provincia de Esmeraldas. Fue en el fronterizo cantón San Lorenzo donde comenzaron los ataques a cuarteles policiales y miembros de grupos armados irregulares ejecutaron al equipo periodístico de El Comercio.

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Eso fue hace un tiempo. Se movilizaron las instituciones de Defensa e Inteligencia, se cambiaron autoridades, se anunciaron investigaciones y cooperación, pero la situación no mejoró. Se percibe que de parte de los criminales hay una dinámica que no está siendo bien descifrada o que recibe apoyo táctico de quienes deben enfrentarla. ¿Cuál es el centro de gravedad de esa provincia? ¿Cómo se procederá ahora que las bandas han logrado reclutar a jóvenes de los colegios y los barrios?

José Luis Sampietro, en una columna muy sentida se dirigía al presidente Lasso ayer; tratando de despertar la empatía del mandatario le preguntaba: “¿Qué sentiría usted, señor presidente, si su madre, padre o esposa reciben un mensaje en el cual le dicen que matarán a uno de los miembros de su familia? ¿Qué haría usted si disparan a su domicilio?”. En otra parte decía: “Le aseguro que si alguno de sus representantes viviese en esta ciudad sentiría el miedo que todos tenemos y con base en ello se vería obligado a hacer algo para ayudarnos”.

Es posible que no haya respuesta a esa exhortación ni variación en el tratamiento de la seguridad para Esmeraldas, por eso es vital poner la atención en los políticos y autoridades que habitan en los siete cantones esmeraldeños: ¿tienen alguna idea de cómo recuperar el orden y la tranquilidad para sus mandantes? (O)