Puntualizar y garantizar los derechos de género no significa establecer privilegio alguno. Sin desmerecer a persona alguna, la trascendencia de las mujeres en múltiples espacios, cuando no se les ha impedido acceder a oportunidades u opciones sin condicionarlas a padrinazgo alguno, demuestra que su calidad puede llegar a la excelencia.

Censurable es –y será– utilizar a la mujer, invocando sus derechos, o haciéndola aparecer como víctima, para obtener réditos, o –en el caso de las mujeres– dejarse usar o permitir que aquello se dé.

Mi admiración para la mujer cotidiana, a veces madre y padre, por su entrega y amor, asumiendo múltiples cargas.

También para quienes en el hogar hacen vivencia de la expresión “nosotros” y la irradian, siempre compañeros como condición de vida. Es que no hay verdadera unión de pareja si aquello no se da.

Es de honrar la actuación de mujeres que no se dejan avasallar –el caso de la fiscal Diana Salazar es reciente– y de investigadoras que actúan sin temor –Mónica Almeida, por ejemplo–.

Y pasemos al deporte. Por bondad de Rosa Amelia Alvarado, directora de la revista Hogar, cuyo contenido privilegia a la mujer ecuatoriana, el premio a la mejor deportista de cada año se denomina Mercedes Icaza de Roldós, en recuerdo de su entrega al deporte, de que fue figura en el basquetbol, por lo que participo en su selección. En estos días vivimos el éxito de Angie Palacios Dajomes, de 22 años, en levantamiento de pesas, quien el miércoles 14 de junio del 2023, a más de sumar medallas de oro, en competencia en La Habana, impuso una nueva marca mundial en el arranque de la categoría 71 kg al levantar 121 kg, superando a la medallista china Liao Guifang, que levantó 120 kilogramos, en el mes de mayo del 2023, en el Torneo Asiático. Y no fue “chiripa” –casualidad no esperada– sino el resultado de su formación y de su entorno familiar y deportivo. En los Juegos de Tokio 2020, Angie se ubicó en el sexto lugar y obtuvo diploma olímpico; y, entre 2021 y 2022, múltiples medallas en los Juegos Bolivarianos, en los Panamericanos, en los Sudamericanos de Asunción y en el Campeonato Mundial de Halterofilia, en Bogotá, a lo que suma sus triunfos en La Habana. Su hermana mayor, Neisi Dajomes, 23 años, en Tokio, obtuvo medalla de oro olímpica en halterofilia, a más de decenas de medallas en múltiples torneos. En el podio de Tokio le dedicó su medalla a la memoria de su madre y su hermano Javier, que la impulsaron para su formación. Nacidas en Shell, cantón Mera, provincia de Pastaza, cuando niñas fueron al Hogar Manuel Galecio, que la Junta de Beneficencia de Guayaquil administra en Alausí, provincia de Chimborazo. Dos hermanos menores, Germán, de 18 años, y Jéssica, de 15, también son medallistas. Fallecida su madre, su padre siguió apoyándolos.

Neisi, y Tamara Salazar, en las mismas competencias de La Habana, 2023, están acumulando medallas de oro y plata.

Puedo citar otras triunfadoras de los deportes en que compiten. Impresiona verlas vibrar, cuando cobijadas con la bandera tricolor y bajo los acordes del himno de la Patria son premiadas. (O)