Nota esencial. Paz en la tumba de Fernando Villavicencio. Duelo para el país que quieren amedrentar y someter. Pero los ecuatorianos seguimos de pie para enfrentarlos.
…Recordemos la situación hasta 1999. El sucre era moneda de la vida diaria, pero se usaba cada vez más el dólar para ahorros o vivienda, necesidades que requerían más confianza… Tres observaciones. Una, las personas de altos ingresos usaban más el dólar y estaban mucho más protegidas frente a las tempestades: enorme injusticia. Dos, se sabía con claridad qué eran dólares y qué sucres. Tres, la dolarización se basa en un principio básico: usamos solo el dólar (el de verdad) porque trae confianza.
Avancemos. El dinero (antes sucres, hoy dólares) está en billetes o cuentas bancarias electrónicas (por eso lo movemos vía computadora). Y ha aparecido el llamado “dinero electrónico” (aunque recalco, su cuenta bancaria también lo es), por ejemplo, la “chauchera electrónica del celular” que permite en la tienda pagar directamente al celular del tendero. Pero el mecanismo es siempre claro: usted tiene que poner dólares (de verdad) en alguna parte (cuenta o chauchera) para poder usarlos electrónicamente. Y esos dólares (de verdad) provinieron, de alguna manera, de actividades reales como exportaciones, inversión, remesas, etc.
El correísmo plantea introducir el uso de ecuadólares electrónicos que, para no engañarnos, démosle su nombre real: nuevos sucres. ¿Cómo? El Banco Central del Ecuador (BCE) emitiría esa nueva moneda: por ejemplo, los depositaría en la cuenta del Gobierno (como es electrónico, y no billetes, es fácil seguir engañando que son dólares) y este los giraría como sueldos a la cuenta de los empleados públicos. O les obligaría a los exportadores a entregarle los dólares de verdad y les daría nuevos sucres de menor valor. O mil maneras equivalentes. Algunos pensarán: ¿qué tiene de malo, es lo mismo que el dinero electrónico antes descrito? Sería cierto si el Gobierno le entregara dólares de verdad al BCE y solo le pidiera que los gire electrónicamente (como usted con su chauchera electrónica). Pero no es así: el Gobierno no le entregaría nada al BCE, simplemente los crearía sin ningún “respaldo”, sería dinero de menor valor que no provino de ningún proceso real. ¿Qué habría hecho el BCE? Crear una nueva moneda (electrónica) ¿Serían dólares? Obviamente no. ¿Qué serían? Nuevos sucres, volveríamos 25 años atrás, disfrazados bajo el lema ecuadólares. Fin de la dolarización porque ya no habría solo dólares.
¿Efectos? Uno, inflación y devaluación: el pan costaría 1 en dólares y mucho más en ecuadólares (no “valen” lo mismo las dos monedas), el ecuadólar se devaluaría, y más aún si… Dos, grandes dudas: no estaría claro cuáles dólares son de verdad y cuáles no. Tres, con los dólares malos no se podrían hacer pagos al exterior (nadie los recibiría) y el Gobierno decidiría cómo limitar la salida de dólares: ISD muy alto, control de importaciones, prohibir mover capitales. Cuatro, no se corregiría ningún problema real, solo un espejismo. Cinco, ¿usted confiaría en esa moneda?, ¿no iría a retirar sus dólares de los bancos antes que quizás los conviertan en nuevos sucres?, y si lo hace… Seis, enorme impacto para los más pobres… Muy grave. (O)