Hoy es el último lunes del 2025. El jueves ya estaremos en el 2026, que aspiramos sea mejor que el año que concluye, sobre el que debemos reflexionar.

En democracia no debe haber espacios de poder (Gobierno central, Asamblea, consejos, cortes, jueces, entidades de control, gobiernos descentralizados) en que se privilegie confrontar, trabando gestiones de competencia de otros; tampoco el otro extremo, ser como “alfombra” que se pisa hasta que se desecha.

Se anuncia que se fortalecerá en provincias a las gobernaciones, excelente, que sirvan para coordinar y hacer eficiente a la administración pública y la relación con otros espacios, no para que actúen solo para enfrentar a quienes la cuestionan.

No conviene a la democracia que se entreguen en “combo” espacios de poder. Se afirma que es el caso del equipo que era de Rafael Correa, que se dice que ahora se alinea con el presidente Daniel Noboa, equipo que estaría involucrado en las recientes denuncias respecto de presiones desde el Consejo de la Judicatura.

Más grave que la imposición para cargos que deberían ser concursables es simular que no la hay. Los concursos amañados desde las preguntas, los precalificados para concursar, las comisiones de evaluación con personal subalterno, que desde el inicio del correato se han dado, ofenden al país. También se lo ofende cuando la responsabilidad se la ubica solo en subalternos, para excluir de esta a quienes dan las instrucciones y manejan las negociaciones y decisiones.

Debe haber transparencia. Por principio, reserva debe ser de excepción, cuando la información o la investigación lo amerite y siempre debería ser temporal, con un proceso y tiempo para levantársela y establecer responsabilidades de ser el caso.

Deben ser oportunas decisiones y actuaciones. En salud se señaló meses atrás que la provisión de medicamentos para unidades médicas del sector público se solucionaría con la adquisición centralizada de los del cuadro básico, algo se adquirió y publicitó, y al finalizar el año se ofrece avanzar en el primer semestre del 2026. Mientras tanto, sugiero que debería proveerse cada unidad médica, en el marco de un acuerdo centralizado con boticas y/o distribuidoras, que seguiría siendo la vía para lo que no está en el cuadro básico. También preocuparse por la operatividad de los equipos, asegurando su mantenimiento. En cuanto a derivaciones debe mantenérselas, con verificaciones y auditorías oportunas. Debe haber un plan de pagos de los cientos de millones de deudas por derivaciones, no hacerlo precipita a otros riesgos. No olvidar que de por medio están la vida y la salud.

Cuando en un proceso administrativo o judicial haya errores, acciones, omisiones u otras circunstancias que lleven a nulidades y/o a indemnizaciones, debe identificarse a los responsables de aquello, para procesarlos, respetando su derecho de defensa y de explicar el porqué de aquello y/o si recibió instrucciones, y quién(es) se las dieron.

Lo dicho y otros temas requieren atención y soluciones para restaurar la credibilidad. Que el impacto del “no” en el pronunciamiento popular de 16 de noviembre del 2025 sea debidamente interpretado. (O)