Muchos políticos y analistas protestan porque el Gobierno no inyecta a la economía los recursos “parqueados” en el Banco Central del Ecuador (BCE) y que constituyen la Reserva Internacional (RI). Esta tentación de disponer de los recursos existe desde 2009, cuando se empezaron a concentrar cada vez más recursos del sistema financiero en el BCE. Una vez que se acumuló una gran porción de las RI en el BCE, se aprobó en el año 2014 el Código Orgánico Monetario y Financiero (COMF), cuyos promotores decían permitiría al BCE custodiar mejor los recursos de las reservas que las instituciones financieras. Es decir, pasamos de un manejo descentralizado de los recursos del sistema financiero a uno centralizado en el BCE.

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Lejos de ser un buen custodio del dinero de otros, el BCE se dedicó a atender las necesidades del Gobierno, generando un hueco gigantesco. Para cuando Rafael Correa culminó su presidencia en mayo de 2017, los activos líquidos del BCE cubrían apenas un 29 % de pasivos exigibles. Algunos críticos afirmaron erróneamente que se ponía en peligro a la dolarización, pero lo que realmente se arriesgó fue la estabilidad del sistema financiero. Además, se redujo su capacidad para expandir el crédito. Sabiendo que no contaban con la totalidad de sus reservas, puesto que el BCE ya las había dispuesto, las instituciones financieras concedieron menos crédito del que hubieran concedido en ausencia de esa restricción.

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Desde ese entonces, la situación ha mejorado considerablemente. Durante la administración de Lenín Moreno se prohibió al BCE prestarle al Estado. Durante la administración actual se ha venido aumentando constantemente el nivel de cobertura de los pasivos exigibles del BCE, que hoy se encuentra en 64 %. Según el BCE, la RI actual cubre 100 % del primer y segundo sistema (depósitos de entidades financieras privadas y estatales), 23 % del tercer sistema (depósitos del sector público no financiero, endeudamiento externo del BCE y transferencias a través del sistema de pagos).

En dolarización no es necesario que haya un manejo centralizado de las reservas del sistema.

En el fondo de esto hay una confusión que persiste. ¿El Banco Central del Ecuador es un banco de reserva o un banco comercial? Un banco de reserva es aquel que debe mantener 100 % de encaje sobre los depósitos. Un banco comercial dentro de un sistema fraccionario, en cambio, mantiene un encaje muy inferior debido a que solamente mantiene el efectivo necesario para atender los retiros. Cuando no existe un prestamista de última instancia, como en nuestra economía dolarizada, los bancos se suelen autoimponer un encaje mucho mayor que el legal.

Incentivos para aumentar el crédito

El BCE demostró ser un mal custodio del dinero de otros. En dolarización no es necesario que haya un manejo centralizado de las reservas del sistema. Adicionalmente, la concentración de reservas con dueños en el BCE es una tentación demasiado irresistible para los políticos, quienes pronto llegan a ver el dinero de otros como propio. De manera que el próximo paso que deberían dar las autoridades para que esto no vuelva a suceder, es volver a la administración descentralizada de las reservas bancarias. Claro, bajo una eficaz supervisión. Los políticos quedarían a cargo del BCE y su quiebra o desaparición, en caso de suceder, no afectaría la estabilidad del sistema financiero y los ahorros de los ecuatorianos. (O)