La semana entrante estará marcada por una gran actividad –es lo menos que se espera– en los despachos de las 5.667 autoridades electas en los comicios del cinco de febrero anterior: el próximo domingo serán posesionados 23 prefectos con sus viceprefectos, 221 alcaldes municipales, 864 concejales urbanos, 443 concejales rurales, 4.109 vocales de juntas parroquiales y 7 integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).

En el caso de Cuenca, las expectativas están centradas en lo que ocurrirá con la principal oferta de campaña del nuevo alcalde, Christian Zamora –electo con el 18,56 % de los votos, el más bajo registrado para postulantes a este cargo–: la terminación unilateral del contrato para la instalación de fotorradares en calles y avenidas de Cuenca.

Exfuncionarios públicos y exdirigentes de movimientos, entre colaboradores del alcalde electo de Cuenca

Podría decirse que el tema “fotorradares” es la verdadera herencia del paso de Pedro Palacios Ullauri por la Alcaldía de la Atenas del Ecuador: es de lo que se habla en el medio y en los medios; el resto (aislamiento vial, falta de proyectos emblemáticos, ser el primer alcalde en no acceder a una reelección) habla por sí solo de la pobre gestión y falta de liderazgo político de quien este fin de semana deja el cargo.

Fotorradares

Zamora es ingeniero industrial con doctorado en Ciencias Administrativas. Se estrenó como secretario particular de Marcelo Cabrera Palacios en el primer periodo como alcalde (2004-2009). En el año 2014 y 2019 fue electo como concejal urbano, en el segundo periodo en la alianza Participa-Juntos Podemos, del actual gobernador, Paúl Carrasco Carpio.

Al mejor estilo correísta, Zamora aparecía en su campaña rompiendo fotocopias del contrato al que denominaba “trucho”.

Su trabajo –el que más exposición le otorgó– fue la denuncia y fiscalización; una de ellas –la que prácticamente lo llevó a la Alcaldía– fue la de fotorradares adjudicados por Palacios a un consorcio privado. ¿De qué acusa al contrato? Sobreprecio, incumplimiento de términos de referencia, adjudicación del 40% de recaudación por multas durante doce años al consorcio privado que los instaló –con devolución previa de la inversión total–, falsedad ideológica…

Cruzada por la vialidad del Austro

Al mejor estilo correísta, Zamora aparecía en su campaña rompiendo fotocopias del contrato, al que denominaba “trucho”. En medio de vítores y vivas, recopilaba votos y establecía plazos: “Si no elimino ese contrato en los primeros seis meses de mi gestión, renuncio a la Alcaldía de Cuenca”. Y los seis meses ya corren.

Pero no será tarea fácil. El consorcio Movil Technology, integrado por cinco empresas de Cuenca y Guayaquil, instaló ya cámaras en 47 puntos de calles y avenidas; algunas de ellas no solo multarán el exceso de velocidad, sino también el irrespeto a señales de tránsito, pasarse luz roja, viraje indebido, no uso del cinturón y uso de distractores, como el celular. Terminarlo unilateralmente le podría costar a la ciudad un monto indeterminado, aunque de por medio se instalará un proceso de arbitraje que va más allá de los seis meses de plazo autoimpuesto por Zamora para su dimisión.

Seguramente todo lo anterior quedará como viejos cuentos de discusión político-mediática, y las propuestas del reciente baratillo irán al saco roto. Solo queda insistir para no morir. Fiscalizar para exigir. (O)