El doctor Valentín Fuster, reconocido internacionalmente por ser un promotor de la educación y la salud, dice que “el corazón sirve para dar cantidad de vida y el cerebro para dar calidad de vida”. Al escuchar esto pensé: ¿Y el cerebro cómo se desarrolla? Me respondí: con nutrición, salud, educación y entorno.

Fuster expresa que los primeros años de vida son los más importantes, pues los niños captan y procesan con mucha rapidez. Lo más relevante es que sobre todo hasta los seis años esta retención de aprendizajes es vital porque se queda almacenado para la pubertad y adultez, cuando es mucho más complejo captar ciertas cosas al existir tanta confusión por lo que estas etapas representan e implican.

Si lográsemos entender todo lo que sembramos en la vida de los niños en sus primeros años, no tendríamos arrepentimientos...

En su exposición recalca que ciencia, salud y educación son tres palabras importantes y críticas hoy. Educación implica que una persona sabe muchas cosas y, por ende, con más educación hay más posibilidades de dominar nuestro mundo, entenderlo. Por el contrario, si no existe educación el mundo nos domina. Por ende, domina lo que sentimos, pensamos y queremos. En ese segundo hice una pausa abrupta y pensé en la cantidad de información que ingresa a mi cerebro por el celular y si esta me educa o solamente me limita del mundo.

La salud es una prioridad y Fuster dice que para cambiar hábitos y tener esta calidad de vida se requiere de espacios que brinden apoyo y contención, un ambiente correcto, un catalizador. La salud se relaciona directamente con deporte, nutrición adecuada, conocer el cuerpo y cómo funciona y entender y manejar las emociones, entre otros factores. Ciencia… he decidido cambiar ese punto por otro más importante: el entorno.

El entorno en el que se desarrollan los niños es fundamental, debe ser propicio, no solo en recursos mínimos para su desarrollo, sino con tiempo suficiente para un crecimiento adecuado, cariño, atención, estimulación, compartir, coexistir. Los niños merecen crecer en espacios seguros y con oportunidades.

¿Con realidades difíciles estamos sentenciando a niños a futuros desastrosos? Nos toca reflexionar mucho, conocer y reconocer lo que tenemos en nuestras manos para orientar mejor esas vidas que comienzan.

¿Dónde queda la felicidad? ¿Tiene relación con los otros puntos? Si bien la felicidad como la conciben los niños vs. los adultos es completamente distinta, la misma influye especialmente en la vida de los niños más de lo que podríamos imaginar. La felicidad es un concepto complejo y la vida, cíclica; es mejor hablar de estabilidad, relacionada a emoción por vivir, estabilidad emocional y propósitos. La vida de un niño hoy, adulto de mañana, tiene cambios fundamentales si su entorno desconoce sobre aquello, si existen violencia, relaciones tóxicas, poca motivación, mal ejemplo, falta de educación y de salud.

Si lográsemos entender todo lo que sembramos en la vida de los niños en sus primeros años, pensando en el impacto que causan nuestras conductas en ellos, no tendríamos arrepentimientos al verlos crecer. Un niño sin atención y cuidado hoy es un adulto destinado a muchas realidades mañana. En ellos está el futuro, que depende de nuestras decisiones del presente. A tomarles más atención. (O)