Elegir es una expresión de la libertad que acompaña la naturaleza misma del ser humano, tanto que bien podríamos definirla no solo como animal racional, sino también como animal libre, capaz de decidir su vida y contribuir con sus decisiones y elecciones a la convivencia con sus semejantes. Elegir es, pues, un valor fundamental en toda sociedad, debido a que “sus miembros son objetos de las leyes, pero solo en los sistemas democráticos son también sujetos de ellas e intervienen en acordar lo que debe ser hecho en común”, en palabras del español Fernando Savater, en su libro El valor de elegir.

El próximo domingo 5 de febrero tendremos una cita con una de las expresiones de la democracia, el derecho al sufragio, la oportunidad de manifestar nuestra opinión respecto a temas de enorme importancia para la vida de los ecuatorianos. Tenemos, pues, la responsabilidad de lo que decidamos y manifestemos en las papeletas, y también la de no desperdiciar el valor de elegir. Por eso, es indispensable la información y la deliberación previa a la decisión.

Un voto responsable requiere que el votante, después de conocer los aspectos a los que atañe la elección, decida libremente, sin presiones de ninguna naturaleza.

Si va a dar el voto para alcalde, para prefecto o para miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), es muy importante saber cuáles son las funciones que van a desempeñar y compararlas con la capacidad de los candidatos para realizarlas y con lo que ofrecen hacer si ganan. Si encuentra alguno que se pueda considerar apto y que no ofreció nada más allá de las que serían sus funciones, a ese habría que darle el voto, con total independencia, sin importar la opinión de los demás, y tener el valor de hacerlo aun resistiendo sus pasiones, intereses, relaciones, conexiones. “Fue mi jefe, es mi primo, me puede dar un cargo, etc.”, no son razones si no reúnen las condiciones necesarias para desempeñar las labores que se le van a encargar.

Se trata de (...) expresar el consentimiento o rechazo a lo planteado en las preguntas; no es una evaluación de los funcionarios...

En esta convocatoria a sufragar se ha incluido un referéndum con preguntas relacionadas con tres temas importantes para la solución de problemas que afectan a los ecuatorianos. Son ocho preguntas: tres sobre seguridad ciudadana, tres sobre fortalecimiento de la democracia y dos sobre protección al medioambiente.

Quizás, ante cada pregunta debemos interrogarnos acerca de la gravedad del problema y de quiénes son los más afectados y asegurarnos de que tenemos claro que no buscamos solución solo para nosotros y nuestras familias, sino para todos los ecuatorianos y especialmente para quienes no tienen la misma oportunidad que nosotros tuvimos.

Se trata de votar y expresar el consentimiento o rechazo a lo planteado en las preguntas; no es una evaluación de los funcionarios, sino la búsqueda de una decisión democrática sobre temas que atañen a todos los ecuatorianos. En otras palabras, estamos interviniendo para “acordar lo que debe ser hecho en común”. Por eso, es necesario que demos un voto consciente y libre, al que le concedemos el valor que tiene y del cual podamos responsabilizarnos. (O)