En la Edad Media se propagaron rumores de que judíos sacrificaban niños cristianos. Las mentiras aumentaron a tal punto que durante la plaga del siglo XIV miles de personas fueron asesinadas porque supuestamente Satanás las protegía a cambio de envenenar los pozos de agua de cristianos o matar a sus hijos. Desde siempre, alimentar prejuicios sirve para aumentar adeptos.

Este último domingo, varias noticias interesantes pasaron casi desapercibidas en las redes sociales. Por ejemplo, nuestro campeón Richard Carapaz estuvo entre los diez primeros ciclistas al término de la 2.ª de 21 etapas del Tour de Francia. También científicos ecuatorianos confirmaban el 8.º caso de reinfección en el mundo por el coronavirus.

En Ecuador, ¿qué fue tendencia?: el rumor de que la vicepresidenta renunciaría si Moreno no veta el artículo 205 del Código de Salud (COS) que mantiene la norma médica universal de tratar a una mujer que está con un aborto en curso. Los abortos pueden ser espontáneos o inducidos, todos ellos deben ser atendidos médicamente para evitar infecciones, sangrados, perforaciones e incluso muerte. Independientemente de la causa del aborto, el médico debe tratarlo como dice la ley actual y el nuevo artículo del COS. Es un deber ético ineludible.

Aparentemente, un personaje ligado a la política y un medio digital conocido por sus reportajes amarillistas y tuits escandalosos echaron a correr el rumor. En poco tiempo, varios periodistas e influencers de redes sociales lo tomaron como real y multiplicaron.

No hubo por varias horas periodistas que hicieran lo que sin duda aprendieron en las primeras horas de estudio de su profesión: ir a las fuentes. Si lo hubieran hecho, primero le habrían preguntado a la vicepresidenta sobre la veracidad de la historia. Habrían puesto el artículo en cuestión en la palestra: una emergencia obstétrica debe ser tratada, no se abandona a las pacientes. Principio médico aquí y en el mundo entero por siglos.

La desinformación es una táctica efectiva de engaño que tuvo auge en plena guerra fría. Es un método más eficaz que la propaganda que trata de convencer de algo “decorando” la realidad. Es más eficiente porque a medida que el rumor se propaga, quien quiere desenmascararlo y mostrar la verdad, o el hecho político que encubre, está obligado a contar la noticia falsa. El proceso entonces multiplica la mentira.

Los rumores se crean para producir un sentimiento de rechazo, provocando sentimientos fuertes contra algo que es objetivamente espurio. Atrás de una noticia falsa, del mal trabajo de un par de periodistas, puede haber intereses y grupos de personas impulsando su versión, desviando la atención de otras ideas. Es nuestra labor como ciudadanos responsables no solo tratar de frenar las mentiras sino analizar por qué se miente, a quién benefician, quiénes impulsan, por ejemplo, falsedades acerca del contenido del COS. El escándalo pone en encrucijada al Gobierno, que tendrá que hacer la labor pendiente del Legislativo: explicar el contenido real y técnico de artículos que han sido cuestionados por personajes siniestros que hacen campear sus prejuicios como estandartes. (O)