Los quiteños de cepa no dejamos de admirarnos de las decisiones que ha tomado y tomará el alcalde metropolitano: primero, está en contra de las poquísimas corridas de toros que se realizan en la capital; luego, quiere terminar con el contrato de arriendo de la plaza Belmonte, donde iba a realizar actos culturales y otros para diversión de los ciudadanos, pero nada. 

Luego, en las primeras horas de su gestión, suprimió la radio Distrito FM, convirtiéndola más tarde en Pacha, aduciendo crear una radio inclusiva participativa y le suprimió importantes programas informativos y políticos. También eliminó el Festival de la Luz, que se convirtió en un atractivo turístico nacional e internacional, lo cual afecta duramente en el aspecto económico ya que dejan de percibir ingresos económicos los negocios del centro histórico, se abandona el turismo y  genera otros perjuicios colaterales; y lo peor, con anuencia de varios concejales. 

Pero lo que ha indignado más a un gran sector de quiteños es la eliminación de la elección de la reina de Quito, acto tradicional que siempre esperábamos cada año para admirar la belleza y cultura de sus candidatas. 

El Municipio está “salvado” con los ahorros que está haciendo, pero felicito a la Fundación Reina de Quito que no dejará que se arrebate esta tradición, ya que por delante está el centro terapéutico Aprendiendo a vivir, para niños y jóvenes con síndrome de Down, y toda la labor social de la reina y sus colaboradoras señoritas que participan en el certamen. 

Para no cansarles, tampoco hay la atención a la salud que se daba en las calles, los diabéticos, hipertensos, con problemas de corazón ya no tenemos este servicio. Esperamos que con estos “ahorros” la urbe se vea mejorada en su limpieza, baches, mercado informal en que se ha tornado la ciudad...; en fin, que veamos los resultados de estas decisiones que disgustan a los quiteños y a quienes aman a la capital.(O)

Pedro Hugo Díaz Estrella,

doctor en Veterinaria, Quito