Luego de las declaraciones de la asambleísta Gabriela Rivadeneira en el Foro de Sao Paulo celebrado en Cuba, se multiplicaron las críticas en su contra al haber afirmado que “con el liderazgo que se está implementando con el compañero Maduro, el pueblo venezolano saldrá adelante”. En su alocución, la ex Reina del Yamor termina expresando “abrazo y fuerza a Venezuela”, con ritual de conexión emocional con el fallecido Hugo Chávez, quizás faltándole a la usanza madurista, el afirmar que un pajarito se le había acercado trinándole que todo es culpa del imperialismo.

En esa línea hay quienes en las redes sociales argumentaron que no resulta ni lógico ni coherente seguir prestando atención a las consideraciones y afectos de la asambleísta Rivadeneira, en otras palabras, ya no tomarla en cuenta, ante lo cual vale la pena realizar determinadas precisiones, especialmente si se toma en cuenta que ella responde, de forma obediente y posiblemente convencida, a la alineación ideológica del proceso correísta. Su evolución de entusiasta militante a caja de resonancia de una izquierda afrentosa no es gratuita, sin olvidar que durante el anterior régimen, Rivadeneira se convirtió en pieza relevante del movimiento político liderado por Rafael Correa, quien en su momento la llegó inclusive a calificar como su posible sucesora (solo de imaginarlo…).

En todo caso y sin perjuicio de lo señalado, considero que la opinión política de la asambleísta debe ser analizada en el contexto de la confusión lastimera en la cual se debate, entendiendo que de acuerdo con su versión, la crisis terminal del Estado venezolano solo tiene un origen y efecto, faltando por coronar a Maduro como el gran héroe. ¿Es posible tratar de comprender con mínima coherencia tan adefesiosa interpretación del drama por el que atraviesa el país hermano? Quizás aquí vale la pena hacer un paréntesis, refiriéndome a la reflexión válida de que el desafuero de las declaraciones de la asambleísta tiene relación con el mundo seudorrevolucionario al cual se cree pertenecer y defender con ardor e inteligencia. En otras palabras, Rivadeneira posiblemente no tiene la más remota idea de lo que ocurre en Venezuela, pero trata de rescatar el relato del imperialismo para sentirse proclamada con el recuerdo de los comandantes. Falta solo que se ponga la boina.

Sin embargo, no coincido con aquellos que opinan que no hay que tomar en cuenta las declaraciones de Rivadeneira debido a su alto desconcierto político, pues considero que ese mismo desconcierto nos sirve para ilustrar y aprender el estado actual de la izquierda del Foro de Sao Paulo, tribuna retrechera de la cual se alimentó tanto engendro revolucionario. El detalle es ese: mientras más hable la asambleísta, mejor.(O)