La democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes. Con esta frase el político británico Winston Churchill definía a la democracia como un modelo con errores pero mejorable frente a los otros sistemas que se consideraban perfectos. Ecuador hace 40 años inició el proceso para recuperar la democracia después de pasar casi 10 años de dictaduras civiles y militares, uno de los periodos autoritarios más largos de su historia.

Ecuador fue uno de los pioneros, en 1978, junto con República Dominicana, que dio el paso para la instauración de la democracia, hecho que tendría un efecto dominó en Sudamérica, pues posteriormente seguirían el ejemplo Perú, Honduras, Bolivia, Argentina. Para fines de la década de los 80, toda América Latina tenía regímenes democráticos.

Los pasos hacia la democracia se dan después de que la dictadura del Triunvirato implementara el llamado proceso de Retorno en 1976, luego de la caída del gobierno del general Guillermo Rodríguez Lara. Este llamado Retorno consistía en que los nuevos gobernantes militares implementarían de forma escalonada y tutelada varios procesos electorales, que darían al país las nuevas autoridades que nacerían de las urnas.

Esto se da con paso firme en el referéndum de enero de 1978, que llevó a escoger a la ciudadanía entre dos proyectos de constitución. Posterior a la realización del referéndum se realizan en julio de ese año las elecciones presidenciales, en las que de manera sorpresiva gana en primera vuelta el abogado Jaime Roldós Aguilera en formula con el Dr. Osvaldo Hurtado, candidatura de centroizquierda que se enfrentaría al binomio derechista formado por Sixto DuránBallén y José Icaza Roldós.

La consolidación del nuevo Estado de derecho no fue del todo armoniosa y se vislumbraban nubarrones en el horizonte. Surgieron problemas de diversos tipos que hicieron peligrar el proceso, como sectores políticos que pedían la permanencia de los militares en el poder, los rumores de intento de nulitar las elecciones e incluso el asesinato de Abdón Calderón Muñoz, excandidato presidencial.

La entereza de los candidatos vencedores de la primera vuelta y su compromiso con la democracia hicieron que el país, un año después, en agosto de 1979, pudiera tener a su presidente electo en un proceso de elecciones libres, responsabilidad que cayó en el joven Jaime Roldós Aguilera.

El Triunvirato Militar había anunciado su intención de entregar el poder a los civiles en el plazo de dos años; la entrega la realizaron tres años y ocho meses después de hacer el anuncio. La democracia ecuatoriana, con sus imperfecciones, aún sigue batallando para consolidarse como el modelo de las mayorías; en medio de los conflictos políticos sigue luchando para alcanzar la madurez. (I)

- Anunziatta Valdez Larrea: Derechos y democracia

- León Roldós: Los días que vivimos

- Alberto Molina Flores: Militares, electores y democracia