Fue en 1988 cuando un amigo nos sugirió adquirir un departamento en Salinas. El condominio Maramigo, en La Milina, llenó entonces nuestras aspiraciones y posibilidades. Este preámbulo para señalar que, desde hace tres décadas, directa e indirectamente, algo hemos tenido y tenemos que ver con las administraciones municipales. No debe existir un vademécum que norme el comportamiento de los alcaldes, en Salinas, pero sí existen formas, de ser o aparentar, por demás similares, que a la larga dan la impresión de que todos son cortados con idénticas tijeras. Analicemos esta aseveración.

a. Cuando se realizaron gestiones para mejorar las condiciones de vida en La Milina, todos los alcaldes lamentaron no disponer de un presupuesto para atender los ‘justos reclamos’ porque recibieron una herencia de deudas por pagar, pero indicaron que se realizaban estudios para encontrar una solución para nuestras urgencias. Desde hace varios lustros se paga una cuota ‘promejoras’. ¿En dónde está esa plata o en dónde están las mejoras?

b. Lugares densamente poblados –como Muey, Santa Rosa o Salinas, para citar unos ejemplos– reciben atención privilegiada por una sencilla razón: son votos que deben cuidarse con esmero para diversos fines políticos. La situación en Puerta del Sol, las Carolinas, Geranios, La Milina, Las Conchas, etcétera, es muy diferente. Terminan sus periodos las diversas administraciones y los problemas siguen agrandándose o su incumplimiento de soluciones ofertadas se mitiga con migajas, rostros amables y nuevas promesas. Estas urbanizaciones no deciden triunfos. Con o sin ellas, nada cambia.

c. Les invito a recorrer las diversas ciudadelas creadas desde hace algunas décadas y situadas entre La Carolina y Santa Rosa, todas ellas colindantes con el mar por un lado y la vía de ingreso a Salinas. Me permito enumerar similitudes manifiestas, entre ellas: calles sin pavimentar, carencia de alcantarillado pluvial y sanitario, terrenos llenos de maleza, propiedades sin los cerramientos reglamentarios, perros a la deriva. En verano se traga polvo abundante y en invierno se maja lodo. El servicio de recolección de basura, por suerte, cumple con sus horarios.

d. Por un momento pensemos en un imposible que con visión y nuevas perspectivas de administración municipal puede convertirse en una realidad. Se invierte en alcantarillado y pavimentación de calles; se regula la propiedad de terrenos abandonados mediante coactivas, se promueve la construcción de soluciones habitacionales de suerte que en breve tiempo el municipio tiene nuevos contribuyentes para sus finanzas y menos problemas de salubridad y ornato. El momento en que todo el cantón Salinas se contagie de un espíritu de progreso y amor a su tierra muchas cosas buenas empezarán a pasar, no por imposiciones sino como fruto de la creatividad de los moradores y autoridades.

e. Para concluir, mientras escribo esta reseña muy apegada a la realidad se me informa que el GAD de Salinas ha aprobado el trámite para la contratación de los estudios de alcantarillado para La Milina. Un comienzo, bienvenido sea. Esperamos conocer en qué tiempo se harán dichos estudios y luego, en qué año o en qué administración se realizarán las obras anheladas para solo entonces aspirar a la pavimentación de sus calles. ¡O tempora o mores! (O)