Una vez preso en Colombia, el objetivo fueron las propiedades y las cuentas bancarias que el presunto jefe financiero del grupo narcocriminal Guerrillas del Pacífico, vinculado al frente paramilitar Oliver Sinisterra, había adquirido en Ecuador.
Lucio B., un colombiano de 63 años que, con cédula ecuatoriana, se movilizaba entre las provincias de Imbabura y Esmeraldas, poseía seis predios en el país, todos fueron incautados dentro de una investigación judicial cuya audiencia preparatoria de juicio arrancó el pasado 10 de octubre.
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De las investigaciones realizadas se conduce a la existencia de actividades al margen de la ley y que, producto de réditos generados por el narcotráfico, se ha ingresado este dinero al sistema financiero nacional
Tribunal segundo de la sala especializada penal para el juzgamiento de los delitos relacionados con corrupción y crimen organizado, en Quito.
Los seis lotes incautados, que en total suman 697 hectáreas, “se pagaron en efectivo” y se compraron a nombre del narcotraficante, conocido como Negro Lucio, en las parroquias La Tola y Santa Lucía de las Peñas, en el cantón Eloy Alfaro en Esmeraldas. Además, a su nombre registró un vehículo y tres motocicletas.
El tribunal penal también procesó por lavado de activos a Marlen D., pareja sentimental de Lucio B., a Alfonso V., a Rafael F., a su hijo Diego y a su sobrino Vicente. A los cuatro últimos se les incautaron cuatro propiedades y diez vehículos, mientras que se dispuso el congelamiento de las cuentas de Marlen D.
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“La señora Marlen D. realizó la apertura de varias cuentas bancarias, transferencias financieras y pagos utilizando el sistema financiero nacional, realizaba transferencias a personas con las que no se establece relación comercial alguna, entre ellas Vicente F.”, señala el expediente judicial por lavado de activos.
A nombre de ella se intentó “ocultar y dar licitud a actividades de lavado de activos”, reseña el proceso en el que un juez dictó una orden de prisión en su contra, pero su defensa pidió que esta sea reemplazada por medidas cautelares como la presentación periódica ante una sede diplomática de Ecuador en su lugar de residencia, en Cali, Colombia.
En esta misma ciudad, en la cárcel de San Nicolás, Lucio B. guarda prisión por el delito de “organización con financiamiento para la producción de tráfico ilícito de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización”.
El también llamado con el alias Señor estuvo preso del 2004 al 2007 y fue detenido por segunda ocasión en noviembre del 2020 tras una investigación conjunta entre la Policía ecuatoriana y colombiana, que duró más de un año.
Negro Lucio lideraba una organización que había sido descubierta en 2018 por agentes colombianos, quienes tenían interceptadas sus comunicaciones y, con la asistencia ecuatoriana, lograron identificar las rutas que el grupo utilizaba para los envíos de la cocaína al exterior.
En octubre del 2019, mediante un parte informativo, se conoció que Lucio B. coordinaba el envío de dos toneladas de droga, “para lo cual tendrían el apoyo de ciudadanos ecuatorianos, quienes serían responsables del acopio de drogas en el sector conocido como Santa Rosa, en el cantón Eloy Alfaro, Esmeraldas, para posteriormente ser enviadas mediante la modalidad de lanchas rápidas hacia Centroamérica, especialmente a Costa Rica, Guatemala y México”.
El envío fue impedido porque miembros de la Armada Nacional en un patrullaje en el sector de Pampanal de Bolívar, en Esmeraldas, detuvieron una lancha que llevaba 240 paquetes de cocaína en 12 bultos, cada uno con 20 bloques tipo ladrillo “envueltos en cinta adhesiva con un sticker de Corona Extra (la marca de la cerveza)”.
Este logo, confirmaron los agentes, pertenecía a la organización del Negro Lucio. Otros elementos de prueba, que delataron a la organización, fueron el decomiso de 210 paquetes de droga, en abril del 2020, que se pretendía movilizar desde San Lorenzo (Esmeraldas) hasta Manabí, además de grabaciones de comunicaciones que advertían de reuniones en un hotel de Esmeraldas, citas que fueron confirmadas con las cámaras de seguridad de ese alojamiento.
Tres presuntos miembros del grupo "Oliver Sinisterra" fueron sentenciados
Finalmente, en un operativo conjunto, en noviembre del 2020 se detuvo a Lucio B. en Colombia, en una lujosa mansión de 1.500 m2 en Cali, que revelaba la vida ostentosa que llevaba el narcoparamilitar, a quien se le descubrieron 3,5 millones en pesos colombianos ocultos en neveras para congelar mariscos.
Negro Lucio, quien se identificó ante los jueces como un empresario privado, fue descubierto porque los investigadores siguieron las pistas a unas jóvenes que cruzaron la frontera norte de Ecuador llevando consigo unas cajas de tequila y mezcal, los licores favoritos y costosos del capo. En su casa guardaba una colección de mezcal valorada en $ 50.000 y whisky Macallan, cuyo precio asciende a $ 350 cada uno.
“Una de ellas fue detenida y dijo, entre risas, que a su tío le gustan los tragos mexicanos y eran un regalo”, indicó un investigador citado en un reporte del diario colombiano El Tiempo en noviembre del 2020. Las jóvenes llegaron hasta la mansión del narcoparamilitar y ahí la Policía lo detuvo, mientras que en Ecuador se procesó simultáneamente a cuatro presuntos miembros de la organización.
Lucio B. laboró entre 1984 y el 2000 en la Capitanía del Puerto de Tumaco, Colombia, donde conoció “perfectamente el transporte y la seguridad de las rutas marítimas”, señaló uno de los investigadores. También era investigado por ser el testaferro de Wenceslao C., un narcotraficante conocido como el “señor de la motosierra”, por la forma en que descuartizaba a sus víctimas, y quien fue detenido en un operativo de control migratorio junto con cuatro de sus hijos, en Manta, Ecuador, el 24 de marzo del 2005.
Desarticulan banda de Ecuador vinculada al grupo Oliver Sinisterra
Una semana después, el 30 de marzo del 2005, Negro Lucio fue procesado en Ecuador por lavado de activos. Aunque se encontraba preso en Colombia, ese año había adquirido un inmueble de 325 hectáreas por $ 15.625 en el cantón Eloy Alfaro de Esmeraldas. La Policía señaló que otros tres inmuebles fueron adquiridos por Verónica U., una amiga de Lucio B., a quien investigaba por lavado de activos. “Esta ciudadana se dedica a vender alimentos preparados en Las Peñas, Esmeraldas, y sus gastos los paga con cheques y que habría girado cheques por aproximadamente $ 1,6 millones”.
Ambos fueron llamados a juicio por un juez de Pichincha, en septiembre del 2005, pero demandaron que su caso sea tratado en Esmeraldas, apelaron y lograron que la corte provincial declare en enero del 2007 el sobreseimiento provisional y más tarde el cierre definitivo de la causa por lavado de activos, delito que hoy –tras 16 años- nuevamente se investiga, con más propiedades incautadas, en contra del Negro Lucio. (I)