Luego del atentado con coche bomba, registrado el 16 de octubre, en la av. Orrantia, Guayaquil ha sido escenario de al menos seis alertas falsas de amenazas de bomba que luego de los análisis respectivos se descartaron.

La tarde del viernes, 17 de octubre, un vehículo que transitaba a alta velocidad paró la marcha y desde el interior lanzaron una mochila hacia una acera.

La escena llamó la atención de usuarios, por lo que se levantó una alerta.

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Ocurrió a una cuadra de un concurrido centro comercial, las calles cercanas fueron cerradas hasta que equipos de antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) confirmaron que no había explosivos.

En la mañana del lunes 20 de octubre, la zona del Mercado Central fue escenario de otra alerta, una mochila abandonada en el acceso de la calle 10 de Agosto, entre 6 de Marzo y Lorenzo de Garaycoa. Se cerraron dos cuadras a la redonda de manera preventiva, hubo evacuación del mercado y equipos especializados también terminaron estableciendo como falsa alerta minutos después.

Ese día se replicaron otras tres notificaciones falsas en la av. Vicente Trujillo, centro y barrio Garay.

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En tanto, el martes 21, un auto que transitaba por la av. 25 de Julio fue abandonado y se decidió cerrar la vía, por la presunción de posible artefacto explosivo.

Hubo un despliegue de unidades especiales, hasta que tres horas después se reanudó el paso, una vez que se descartó presencia de artículos peligrosos.

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Ante estos hechos, personal municipal consideró que hay personas que tratan de causar nerviosismo en la ciudadanía y a estos hechos se los calificó como ‘terrorismo psicológico’.

Víctor Molina, jefe del distrito Esteros, expuso que hay investigaciones previas en curso por el abandono del carro en la av. 25 de Julio, y que, así como las otras alertas, la Fiscalía podría determinar si estas acciones obedecen a un evento para causar terror en la gente.

“Fiscalía haciendo análisis jurídico podrá determinar si existe alguna infracción penal o no”, dijo e indicó que dependiendo de los indicios no se descartaría que se indague por delito de terrorismo.

Para configurarse en un posible delito de ese tipo, Nino Casanello, abogado, dijo que además del abandono de un carro, mochila u objeto debería haber otros elementos, como una alerta señalando que hay una bomba en el lugar y se genere el estado de alarma y derive en todo el despliegue de protocolos de entes de seguridad.

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“El delito de terrorismo se denomina delito de peligro concreto, yo no ataco el acto dañoso, si el acto dañoso ocasiona una muerte entonces la pena se agrava, pero el delito de terrorismo por fuera del daño es generar miedo en la población, no bastaría con dejar la maleta, tendría que dejársela y correrse la voz o anticiparse a transeúntes o terceros que allí hay una bomba y que quien no esté prevenido puede morir en cualquier momento”, dijo.

Indicó que la indagación debe ser conducente, para determinar la persona que planeó poner la alerta se llevó esa información falsa con una solicitud de una política o se deje aplicar la ley en determinado aspecto.

El delito de terrorismo tipificado en el artículo 366 del Código Integral Penal (COIP) puede acarrear penas de 19 a 22 años, e incluso de 26 años y 30 años por agravantes.

Por ahora, en medio de estas alertas, no hay detenidos.

Francisco Zumárraga, jefe de la Policía en la Zona 8, aseveró que dependiendo del escenario podrían incluso aplicarse una sanción de tránsito por quedar en un sitio no autorizado, lo cual le competerá al ente municipal de tránsito.

El artículo 388 del COIP, numeral 1, establece sanción del 40 % de un salario básico, es decir, $ 188, por estacionar su vehículo en sitios o zonas que entrañen peligro sin tomar las debidas medidas de seguridad para evitar siniestros.

En el art. 390, numeral 8, se establece una sanción de 15 % de un salario básico ($ 70,50), para quienes dejan un auto estacionado en las vías sin tomar precauciones o lo dejan abandonado en la vía pública. (I)